viernes, 16 de mayo de 2014

Capítulo 40.

Narra María:

 Se me pusieron los ojos algo llorosos al ver la reacción de Blas y me quede de pie detrás de la silla. Dani se dio cuenta y me cogió de la mano y me sentó en la silla. Se me quedó mirando el brazo y me lo cogió.

-Dani: María, ¿qué es esto? -noté como Álvaro se giraba y Blas también y se quedaban mirándome.

-María: No es nada... -dije quitando el brazo y tapándomelo para que no se me viera.

-Dani: ¿Qué no es nada? Pero si lo tienes morado, te falta poco para que se te ponga negro...

-María: Ha sido un golpe tonto... no le des más importancia.

-Álvaro: No somos tontos... Eso no ha sido un golpe tonto -esta vez fue Álvaro quien se quedo mirándome el brazo. Le quite el brazo a Álvaro y miré a Dani.

-María: Oye Dani, que te iba a decir... ¿puedes tú enseñarme a tocar la guitarra?

-Dani: Sí, claro... ¿ha pasado algo? -me dijo Dani susurrándome para que no lo oyera nadie.

-María: Álvaro ya no quiere darme clases él...

-Dani: ¿No habrá sido él el que...? -antes de que pudiera terminar le corté.

-María: ¡No! Jamás me haría nada... Por favor, deja el tema, solo ha sido un golpe...

-Dani: Bueno, si es lo que quieres dejo el tema. Ya sabes que me tienes aquí. -abracé a Dani y le di un beso en la mejilla.

-María: Gracias.

-Dani: Y ni se te ocurra llorar, que te he visto las intenciones jajajja.

-María: No, no lloro -dije forzando una sonrisa.

Cenamos todos, yo estaba algo incómoda. Solo hablaba con Dani, Álvaro y yo evitábamos hablarnos y mirarnos... Y Blas me observaba con una mirada extraña. Terminé de comer, me levanté y me fui al bungalow. Las chicas aún se quedaron un rato con los chicos hablando.

Me tumbé en mi cama y me puse la música, cerré los ojos y no podía dormir. Miré el reloj y habían pasado ya dos horas. Eran las doce. Las chicas aún no habían vuelto, supuse que estarían en el bungalow de las chicas.

Como no podía dormir decidí irme a dar un paseo. Me fui al lago que estaba fuera del campamento para estar tranquila y relajarme. Cuando llegué había alguien sentado en el tronco. Me puse detrás de un árbol y miré a ver quien era... era Blas, así que me acerqué sigilosamente. Me puse a sus espaldas y le tape los ojos.

-Blas: ¿Quién eres? -Blas me cogió las manos y empezó a acariciarlas. Le di un beso en la mejilla.- Ah eres tú.

Le destapé los ojos y me senté a su lado en el tronco.

-María: ¿Qué haces aquí?

-Blas: No podía dormir... ¿y tú?

-María: Igual... tampoco podía dormir.

Se quedó mirándome fijamente a los ojos, lo notaba raro.

-María: ¿Qué te pasa Blas?

-Blas: María... necesito contarte algo... pero antes, se sincera por favor.

-María: ¿Qué pasa?

-Blas: Hoy después de comer cuando Álvaro te ha acompañado al bungalow, después he ido yo a verte... y os he visto a los dos durmiendo juntos y abrazados, ¿ha pasado algo?

-María: No... no ha pasado nada.

-Blas: Joder, soy gilipollas... siempre hago lo mismo, pienso cosas que no son y siempre la cago...

-María: ¿La cagas?

-Blas: He besado a Sara... pero ha sido por la rabia, yo no quería hacerlo -Blas estaba a punto de llorar.

-María: ...

-Blas: Pero dime algo, por favor.

-María: Álvaro me ha besado...

-Blas: ¿Cómo? Ósea que yo sintiéndome mal por haber besado a Sara y tu por ahí besándote con Álvaro...

-María: Blas relaja... Las dos cosas son muy diferentes... Tú has besado, a mí me han besado.

-Blas: ¿Y qué mas da? Sigue siendo un beso...

-María: Seguirá siendo un beso pero yo no quería que me besaran, mientras tú has dado el beso por algo... -notaba como se me iban inundando los ojos de lágrimas. Deje de mirar a Blas, no quería que me viera llorar.

-Blas: Yo no quería darle ese beso... Fue al verte con Álvaro, algo dentro de mí me impulso a hacerlo. Soy un puto celoso, y por los celos te voy a volver a perder.

-María: No me vas a perder... -dije mirándolo.

-Blas: Por favor, no llores. Lo siento... -dijo limpiándome las lágrimas.

-María: Estoy cansada de que siempre nos tengamos que pedir perdón... ¿No podemos dejar al resto de la gente atrás y ser nosotros solo tu y yo? -dije cogiéndole la mano que la tenía en mi mejilla.

-Blas: Seremos solo tu y yo.

Blas empezó a besarme, pero esta vez fue con pasión y fuego. Notaba como se arrepentía de lo que había hecho... No quería que acabara ese beso nunca. Me levanté del tronco sin dejar de besarlo y me senté encima de él. Blas puso sus manos en mi cintura y yo mis manos en su cuello.

Mientras me besaba me acariciaba la espalda y los muslos. Al principio tenía algo de frío pero poco a poco notaba como mi cuerpo y su cuerpo iban cogiendo temperatura...

Narra Blas:

Besaba a María con pasión, quería que fuera mía. Se levantó y se sentó encima de mí. Puse mis manos en su cintura y acariciaba su espalda y sus muslos. Notaba que ella estaba bastante cachonda y yo lo estaba también. Me levanté del tronco cogiéndola a ella y la llevé a una piedra que me llegaba por la cintura. La apoyé allí y la seguí besando. Metí mis manos por dentro de su camiseta y la seguí acariciando.

Empecé a besarla por el cuello y oía como soltaba pequeños gemidos, se notaba que ese era su punto débil y yo me empecé a reírme en su cuello, su piel se puso de gallina.
Noté como ella empezaba a soplarme y a chuparme la oreja... En ese momento el que casi estaba gimiendo era yo, ese era una de mis puntos débiles. Me aparté y me quedé mirándola, ella se estaba riendo.

-Blas: Eres mala... pero aún así estás preciosa.

Me volví a acercar y seguí besándola. María me quitó la camiseta y también se la quitó ella. Me di cuenta de lo que iba a suceder y no quería que primera vez con ella fuera así, quería que mi primera vez con ella fuera especial...

-Blas: María... para... -dije separándome.

-María: ¿Qué pasa? -dijo ella preocupada.

-Blas: No quiero que mi primera vez contigo sea así... Deja que me ocupe yo de ello, ¿vale?

-María: Vale...

Le di su camiseta del pijama y le ayudé a ponérsela, luego me puse yo la mía. Nos quedamos un rato más allí y la acompañé a su bungalow, no me gustaba la idea de pensar que fuera sola y que el monitor idiota ese vuelva a tocarla otra vez. Antes de despedirme de ella quise preguntarle por el brazo...

[Continuará...]

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