martes, 13 de mayo de 2014

Capítulo 38.

Narra María:
Entre broma y tonteo terminamos de cenar todos y los chicos se levantaron a otras mesas a ver a las demás chicas. Cuando volvieron a la mesa todo el comedor se puso a pedirles que cantaran.

Se pusieron a cantar 1900. Todo el comedor cantaba también. Los chicos se subieron a las sillas y se pusieron a girar las servilletas. Nos hicieron una seña para que hiciéramos lo mismo. Las chicas y yo nos miramos y nos subimos corriendo cada una a su silla con nuestras respectivas servilletas.

Yo fui tan espabilada que empecé a saltar encima de la silla, y así pasó. Al final acabé en el suelo. Me di un golpe en la cabeza con la mesa y me quedé algo mareada tirada en el suelo...

Narra Blas:

Estábamos cantando todo el comedor 1900. Los chicos y yo nos subimos a las sillas y les hicimos una señal a las chicas para que también se subieran. Cuando me giré a mirar a María la vi en el suelo. Me bajé corriendo de la silla y fui corriendo hacia ella. La levanté un poco con cuidado y la apoyé en mí.

-Blas: Eyy enana... ¿estás bien?
-María: Sí, no ha sido nada. Una caída tonta -intentó levantarse, pero se mareó.
-Dani: Ehh... ¿ande vas? Siéntate anda que te has pegado un buen porrazo.
-Blas: Ven aquí y apóyate anda... -la cogí y le apoyé su cabeza en mi hombro mientras le echaba el brazo por encima.
-Carlos: Bueno, por lo menos no te has desmayado bella durmiente jajjaja.
-Álvaro: Tú calla y déjate las bromas. -se sentó al lado de María y empezó a acariciarle la mano.- ¿Estás ya mejor?
-María: Sí, estoy ya mejor. Lo mejor es que me vaya al bungalow...
-Álvaro: Te acompaño -María me miró y yo le asentí.

Los demás nos quedamos en el comedor un rato más.

Narra María:

Álvaro me cogió de la cintura y me acompaño a mi bungalow. Me llevaba cogida por si acaso me caía, porque seguía aún algo mareada. Llegamos al bungalow y entré, Álvaro también entró.

-María: Gracias por acompañarme.
-Álvaro: No ha sido ninguna molestia.

Me senté en la cama y Álvaro se sentó a mi lado. Yo me quedé extrañada, pensaba que se iba a ir. Se quedó mirándome fijamente a los ojos. Me puse muy nerviosa y evite su mirada. Me tumbé un poquito en la cama. Y Álvaro se tumbó a mi lado.

-Álvaro: No te importa que me quede aquí contigo, ¿no?
-María: No... -no me importaba que se quedara conmigo, pero Blas se iba a poner celoso. Pero había algo dentro de mí que me impedía decirle que no a Álvaro.
-Álvaro: ¿Segura?
-María: Sí, segura.

Me giré y le di la espalda a Álvaro. Noté como Álvaro también se giraba. Se acercó a mi y me echó el brazo por encima. Empezó a darme besos por el cuello...

-María: Álvaro para, por favor...
-Álvaro: ¿Por qué? -ahora me tenía que inventar algo... no podía decirle que estaba con Blas. No debía saberlo nadie...
-María: Sigo algo mareada. Quiero dormir algo.
-Álvaro: Vale... -me dio otro beso en el cuello y ambos nos quedamos dormidos.

Narra Blas:

Salimos todos del comedor y nos fuimos con las chicas a dar una vuelta por el campamento. Estaban todos hablando y yo estaba algo ausente, me había quedado algo preocupado por María, así que decidí ir a ver como estaba. Me levanté y les dije a todos que iba a ver como estaba.

Me fui en dirección a su bungalow. Intenté abrir la puerta y por suerte estaba abierta. Cuando entré la vi allí tumbada en su cama. Me acerqué a ella para darle un beso, pero cuando me acerqué vi que no estaba sola... Álvaro estaba tumbado a su lado con su brazo echado por encima... Me puse de muy mala leche. Salí del bungalow sin hacer ruido y me senté en el banco del bungalow. Me eché las manos a la cabeza y me quedé allí sentado pensando en que significaba lo que acababan de ver mis ojos.

Noté como alguien se sentaba a mí lado. Levanté la cabeza y allí la vi. Allí estaba Sara.

-Sara: Hola Blasín, ¿estás bien?
-Blas: Sí estoy bien.
-Sara: ¿Qué haces aquí? Este no es tu bungalow.
-Blas: No... Venía a ver a alguien pero no está.
-Sara: Am... ¿estás seguro de que estás bien? Te noto algo apagado.
-Blas: Sí, solo estaba pensando en mis cosas...
-Sara: Si necesitas algo ya sabes donde estoy -Sara me abrazo. Cuando no separamos nos quedamos el uno muy cerca del otro... No sé porqué lo hice pero la besé.

Cuando me di cuenta de lo que estaba haciendo, me separé bruscamente de ella y me fui sin decirle nada. Era gilipollas... Lo que acababa de hacer era de total imbécil. Lo había hecho por rabia. Por haber visto a Álvaro y a María durmiendo juntos... La había cagado totalmente.

Narra María:

Me desperté y allí seguía Álvaro a mí lado. Miré la hora en mi móvil y eran las cinco y media. Me giré y desperté a Álvaro.

-María: Ehh... Gango, despierta.
-Álvaro: Un ratito más... Ven aquí conmigo... -me echó el brazo por encima y empezó a abrazarme.
-María: No venga Álvaro... Que tienes que enseñarme a tocar la guitarra.
-Álvaro: Joer... que asquerosa estás. Hasta que no me des un beso no te enseño a tocar la guitarra...
-María: Álvaro... -me quedé mirándolo- Pues entonces se lo pido a Dani... -le dije mientras abría la puerta para irme.
-Álvaro: Bueno, vale...

Álvaro se levantó y salimos del bungalow. Fuimos primero a su bungalow porque Álvaro dijo que tenía que coger algo. Lo esperé sentada en el banco de su bungalow. Cuando salió llevaba una guitarra española en la mano.

-María: No sabía que te hubieras traído tu guitarra.
-Álvaro: Sí, casi siempre me la suelo llevar a todos los sitios. Fue un regalo y significa mucho para mí. Bueno, vamos a buscar un sitio tranquilo.
-María: Yo sé un sitio...

Llevé a Álvaro al lago que estaba fuera del campamento.

-Álvaro: ¿A dónde me llevas?
-María: Tú sígueme.
-Álvaro: Hemos salido del campamento. A ver si la vamos a liar...
-María: Que no...

Cuando Álvaro vio el lago se quedó sin palabras... Fue directo y se sentó en el tronco donde nos sentamos Rubén y yo.

[Continuará...]

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