jueves, 3 de julio de 2014

Capítulo 47.

Narra María:

Magí estaba allí subido al escenario delante del micro con el papel en el que ponía quien había ganado, pero no decía palabra. Miraba el papel y después nos miraba a ambas, a Laura y a mí, pero no decía nada. Entonces suspiró.

-Magí: Bueno pues la ganadora es... -hizo una pausa- Lo siento... María... -cuando dijo María todos se me quedaron mirando sin poder creérselo- ¡María eres la ganadora! -cuando volvió a decir eso le eché una mirada asesina a Magí que estaba riéndose él solo. Los chicos me abrazaron y las chicas vinieron también para abrazarme- Bueno, y ahora te toca subir aquí y volver a cantar... pero quiero que cantes la canción que cantaste en las audiciones, me ha dicho un pajarito, o bueno varios... que lo hiciste realmente bien.

Me subí al escenario y me volví a sentar en el taburete del piano, me giré hacia a los chicos y les dije “os mato”, los cinco se echaron a reír, supuse que me habían leído los labios. Toqué la canción de las audiciones “Wings”.

La mitad de las chicas del campamento estaban llorando, era una canción que transmitía mucho.

Volví a bajar del escenario y fui con todos, allí estaban las chicas, los chicos y Magí. Magí se me quedó mirando fijamente.

-Magí: ¿Podrías venir un momento conmigo María? Tenemos que hablar...

-María: Sí, por supuesto.

Magí y yo nos fuimos a su despacho. Me ofreció algo que no podía rechazar... y que además me ayudaba a tomar una decisión sobre mi futuro. Una decisión muy importante...


[...]

Se hizo la hora de la comida. Llamé a las chicas para ver donde estaban y estaban ya todos en el comedor sentados en la mesa principal y como siempre me habían dejado una silla entre Blas y Álvaro. Me senté sin decir casi nada, simplemente un hola, y me puse a tontear con los cubiertos mientras pensaba que decisión tomar.

-Blas: Eh, ¿qué te pasa?

-María: Nada... -miré a Blas pero rápidamente aparté la mirada. Mirarlo me dificultaba tomar una decisión...

-Blas: ¿Qué es lo que te ha dicho Magí para que estés así? ¿No te habrá dicho nada de que no estés con...? -no le dejé terminar.

-María: No, no es eso... No puedo contártelo. Primero tengo que decidir algunas cosas -Blas me miró fijamente a los ojos.

-Blas: Lo entiendo. Y tomes la decisión que tomes estoy aquí, recuérdalo -cuando dijo eso mi corazón se encogió. Simplemente afirmé con la cabeza sin decir palabra, si lo hacía explotaría a llorar.

[...]

Terminamos de comer y cada uno se fue a su respectiva actividad. La tarde se pasó realmente rápida. Llegó la hora de la cena, como siempre cenamos con los chicos y después cada uno se fue a su habitación. Antes de levantarme de la mesa, noté como Blas me daba la mano y me daba una tarjetita de papel.

-Blas: Léela en el bungalow -me susurró.

Nos despedimos de los chicos y nos fuimos a los bungalows. Entré al baño para poder leer la tarjetita tranquilamente y sin que las chicas la vieran. Era una tarjetita roja con algún que otro corazón, en ella ponía:

“Te espero a las 12 en punto en la puerta de tu bungalow.

P.D: Que las chicas no te vean.

                                                                                 -Blas.”


Cuando la leí se me rieron todos los huesos. Salí del baño y guardé la tarjetita en mi maleta antes de que las chicas la vieran. Me tumbé en la cama y me metí en la conversación de las chicas, que estaban hablando en ir al bungalow con las demás para pasar nuestra última noche juntas. Lo malo es que tenía que inventarme algo para no ir, por mucho que me doliera...

-María: Ir vosotras... me encuentro algo mal. Me pondré el pijama y me iré a dormir.

-Natalia: ¿Estás segura?

-María: Sí, tranquilas. Ir y pasároslo bien por mí -forcé una sonrisa y les di un beso a cada una. Me dolía tener que mentirles.

-Sheila: Bueno, si necesitas algo estamos en el bungalow de al lado, ya lo sabes.

Las dos se pusieron los pijamas, cogieron sus móviles y se fueron al bungalow con las demás chicas. Cuando vi por la ventana que ya habían entrado, esperé un par de minutos. Cuando vi que no volvía a salir nadie entré al baño para arreglarme. Había preparado la ropa, no iba a ir en pijama, y me estaba maquillando un poquito.

Me iba a poner esto:

Eran las doce menos cinco y salí al porche del bungalow, no quería hacer esperar a Blas, pero cuando salí él ya estaba allí. Me cogió de la cintura y me empezó a dar besos por el cuello.

-Blas: Estás preciosa.

-María: Gracias, pero tú tampoco te quedas corto -me giré y le di un beso en los labios.

-Blas: Te tengo una sorpresa preparada, pero tienes que cerrar los ojos -yo asentí con la cabeza y Blas me puso un pañuelo para taparme los ojos.

-María: Como me caiga pesará sobre tu conciencia.

-Blas: No te vas a caer -y en ese momento Blas me cogió en brazos.

Noté como cruzábamos el campamento.

[...]

Blas se paró y me bajo.

-Blas: Espera un segundo -oí como se habría una puerta.

-María: ¿Dónde estamos?

-Blas: Ya lo verás -me pasó dentro de una habitación y me destapó los ojos.

Era un pequeña cabaña, con una chimenea, había una alfombra de pelo enfrente y cojines, también había champán y fresas con chocolate, me encantaban las fresas con chocolate. Me quedé mirando la chimenea... Me sonaba de algo... Y volví a mirar a Blas.

-Blas: Si no estás a gusto aquí lo entiendo. Podemos ir a otro sitio -cuando Blas dijo eso me di cuenta que era la cabaña donde me ató Rubén... pero no parecía la misma. Blas había trabajado mucho.

-María: No, no puedo estar mejor. Nos quedamos -me acerqué a él y le besé- ¿Cómo sabías que me gustaban las fresas con chocolate?

-Blas: Creo que a ti te gusta todo lo que lleva chocolate jajjajajaja.

-María: Como me conoces jajajjaja -en ese momento me volvió a coger en brazos y me sentó en la alfombra con todos los cojines.

Blas se sentó enfrente y sirvió el champán en dos copas que había. Yo mientras me comí alguna que otra fresa.

[...]

No podía estar más a gusto allí, quería congelar ese momento y vivir toda mi vida en él. Era perfecto.

Blas se acercó y cogió una fresa. Me la puso en la boca para que me la comiera, pero antes de poder morderle la apartó y se la puso en la boca. Se acercó a mi boca con la fresa en la boca para que yo le mordiera. Le mordí y nos pusimos a besarnos.
Ese instante me parecía tan bonito que me olvidé de todo, mis propósitos, mis miedos, mis decisiones... Poco a poco ambos nos vamos fuimos quitando la ropa el uno al otro. Por primera vez me encuentraba completamente desnuda entre los brazos de Blas, mientras una luz mágica procedente del fuego de la chimenea iluminaba tímidamente nuestros cuerpos.

Blas se colocó con delicadeza sobre mí. Abrí los ojos y Blas me miró. No estaba asustada, le sonreí.

-Blas: ¿Estás segura de querer hacerlo?

-María: No puedo estar más segura... Quiero que seas el primero...

-Blas: Y el último.

Blas me pasó una de sus manos por el pelo en señal tranquilizadora. En ese momento, de la pequeña radio que había junto a nosotros, sonaba por toda la cabaña, sonaba Planet earth de Barrie Gledden. No sabíamos ninguno de los dos que a partir de entonces esta sería “nuestra canción”. Cerré los ojos conteniendo la respiración, cuando de repente Blas se introdujo dentro de mí, aquel dolor amoroso, aquel mágico hacerme suya para siempre. Alcé la cabeza hacia arriba, suspirando, agarrando con fuerza sus hombros, acercándolo más a mí.

Narra Blas:

Allí estábamos los dos fundidos en uno. María se fue dejando llevar delicadamente. Era mía en ese momento. Abrió los ojos. Estaba dentro de ella. No podía evitar sonreír en ese momento. De cuando en cuando la besaba. Iba acariciando su perfecto cuerpo y su pelo. Estreché su mano con la mía, en ese momento moví mi cintura con fuerza. María gimió pero ahogué sus gemidos con besos. Entraba en ella con delicadeza. No quería hacerle daño. Era perfecta y no quería perderla nunca...

Narra María:

Yo ya no estaba allí. En ese momento estaba en el cielo. Aquella muchacha de la infinidad de dudas, de los mil miedos ha desaparecido. En ese momento pienso en lo fascinante que me parecía cuando era pequeña la historia de las mariposas. Aquel capullo, aquella pequeña oruga que se tiñe de mil colores y que, sin previo aviso, aprende a volar. Se vuelve a ver de nuevo. Fresca, delicada mariposa recién nacida, entre los brazos de Blas. Le sonrió y lo abrazo mirándolo a los ojos. Luego le doy un beso, tierno, nuevo, apasionado. Mi primer beso de mujer.

[...]

Más tarde, tumbados entre los cojines y las sábanas, Blas me acaricia el pelo, mientras yo lo abrazo con la cabeza apoyada contra su pecho.

-María: No soy muy buena, ¿verdad?

-Blas: Eres buenísima -me dijo Blas, pero yo no me lo creí.

-María: No, me siento algo torpe...

-Blas: Eres perfecta. Ven.

Blas me abrazó fuerte. Y así nos quedamos durante toda la noche. Abrazados el uno al otro. Fundidos en uno solo.

[Al día siguiente...]

Abrí los ojos y Blas seguía todavía dormido. Sin que se despertara me levanté silenciosamente. Cogí mi ropa y me vestí, dejándole una carta a Blas. Salí de la cabaña y me dirigí apresurada a mi bungalow, no podía verme nadie.

Cuando entré al bungalow las chicas no estaban, miré la hora de mi reloj y eran todavía las siete. Estarían todas durmiendo aún.

Entré al baño a recoger todas mis cosas, mi neceser, etc. Metí todas mis cosas en la maleta y la deje preparada en el porche. Cogí mi bolso y la guitarra de Álvaro y fui al bungalow de las chicas. Al igual que con Blas, no podía despedirme de ellas, si lo hacía no podría hacer lo que iba a hacer. Les había escrito una carta también a cada una de ellas, las metí por debajo de la puerta. Volví al porche del bungalow y cogí la maleta. Ahora tocaba el momento de los chicos, esperaba que no estuvieran despiertos.

Llegué a su bungalow y estaban todos durmiendo también. Dejé la guitarra en el banco del porche y al igual que con las chicas metí sus cartas por debajo de la puerta, pero en cuanto metí la última carta la puerta se abrió de golpe. Era Álvaro.

-Álvaro: ¿Qué estás haciendo?

-María: Nada -dije dando media vuelta y cogiendo la maleta. Álvaro se agachó y cogió las cartas.

-Álvaro: ¿Esto es nada? No parece nada... Ven aquí y me lo cuentas -Álvaro me cogió del brazo y me sentó en el banco.

-María: No me gustan las despedidas, así que os he escrito una carta a cada uno...

-Álvaro: ¿Te vas ya a Albacete?

-María: Bueno... No exactamente a Albacete...

-Álvaro: ¿Cómo?

-María: Me voy a estudiar fuera, al extranjero. Me han concedido una beca para estudiar y bueno... no podía desaprovecharla.

-Álvaro: Me alegro muchísimo por ti -dijo dándome un abrazo- ¿Y dónde te vas?

-María: No quiero decíroslo... por Blas... creo que es lo mejor...

-Álvaro: ¿No lo sabe?

-María: No, no sabe nada. Solo lo sabe mi familia, Magí y bueno... tú ahora mismo... -dije sonriendo.

-Álvaro: Entonces si te pido tu número tampoco me lo vas a dar... -negué con la cabeza.

-María: Te he dejado ahí tu guitarra...

-Álvaro: Pues no la dejes ahí -dijo cogiendo la guitarra y dándomela- Quiero que la tengas tú estés donde estés -deje la guitarra en el suelo y abracé a Álvaro.

-María: Álvaro tengo que irme, si me quedo cinco segundos más aquí no voy a poder irme -dije sin soltarlo.

-Álvaro: Vale... -dijo soltándome.Me miro fijamente a los ojos y me dio un beso en la frente- Te ayudo con la maleta.

Álvaro me acompaño al taxi el cuál me llevaría al aeropuerto. Álvaro y yo nos volvimos a abrazar y yo me metí al taxi...

Narra  Blas:

Me desperté y estaba sólo en la cabaña. Me froté los ojos y miré para ver donde estaba María, pero no estaba. Entonces vi la carta allí a mí lado.

Me senté y me puse a leer la carta.

“Te escribo esta carta para despedirme de ti. Siento que sea así pero sé que no tengo el valor de despedirme de ti cara a cara. Sé que si lo hago no seré capaz de irme. Sí, me voy. Me han concedido una beca para estudiar en el extranjero.
Sé que te lo debía haber dicho en persona, pero no era capaz. Solo en pensarlo se me rompía el corazón.
Espero que lo entiendas... Es mejor que sea ahora... No se me da muy bien esto de despedirme por carta... Solo quería decirte que siempre ocuparas un lugar en mi corazón, que nunca te irás de él. Nunca me arrepentiré de este mes junto a ti.
Si el destino quiere que estemos juntos, nos volveremos a ver.

P.D: Te quiero              
                                               -María”


Se había ido... y no sabría cuando volvería a verla...

[Continuará...]

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Bueno, espero que os haya gustado la primera temporada porque este es el último capítulo. Quería agradeceros todo el apoyo recibido estos meses porque os puedo asegurar que sin él no hubiera continuado escribiendo. Muchísimas gracias de corazón!

PD: La segunda temporada no sé cuando podré subirla, tengo que empezar a escribirla aún. Ya os iré avisando jajajjaja. Besitos :)

martes, 24 de junio de 2014

Capítulo 46.

[30 de Agosto...]

Narra María:

Hoy era nuestro último día en el campamento. Durante este mes todo ha ido de maravilla. Carlos esta con Vanesa, David con Natalia, Tamara se ha hecho novia de uno de los monitores y las demás están felices de estar con sus ídolos. Fátima se ha hecho súper amiga de Dani, es como si fueran hermanos. Claudia y Álvaro igual. Y bueno... Sheila ya ha pasado página con lo de Carlos. Y bueno, Blas y yo seguimos también juntos.

Mientras estaba aquí en el campamento mis padres me han llamado varias veces. Dándome noticias que para nada esperaba sobre mi futuro. Todavía no he tomado ninguna decisión y creo que ya va siendo hora de que la tome. Mañana cuando todo esto haya acabado debería de saber que hacer con mi vida y la verdad, es que está siendo una decisión muy difícil de tomar. Más de lo que me esperaba...

Las chicas y yo nos levantamos y nos empezamos a arreglar. Iba a echar de menos levantarme junto a ellas. Sheila y Vanesa habían aclarado las cosas y ahora se llevan incluso mejor que nunca.

Salimos del bungalow y como todas las mañanas fuimos al de las chicas para ir al comedor a desayunar. Y como todas las mañanas los chicos nos tenían guardados sitios en su mesa.

Nos sentamos y nos pusimos a desayunar. Bueno mejor dicho desayunaron ellos, porque a mí no me entraba nada de nada. Estaba muy nerviosa. Hoy era la final de coros y no tenía nada de hambre.

-Blas: ¿Qué haces que no comes?

-María: No me entra nada, estoy muy nerviosa.

-David: Te va a salir genial, ya verás.

-Álvaro: Sí, sí, pero que no se haga ilusiones que no me va a ganar.

-Blas: Cuando te ganemos a ver si lo vuelves a repetir jajajaja. Venga va, come algo.

-María: No, en serio. Como coma algo voy a vomitarlo.

-Blas: Venga va, solo un poquito -dijo mientras me ponía la tostada en la boca- Ahí viene el avión -todos empezaron a reírse. Les eché a todos una mirada asesina y le di un bocado a la tostada- Así me gusta, buena chica -se acercó a mi oído- Porque estamos en el comedor que sino te comía a besos. Estas hoy preciosa.

Eso hizo que me sonrojara. No estaba acostumbrada a los piropos y en este mes los chicos no paraban de echármelos y seguía sin acostumbrarme.

-David: Venga va, terminar que vayamos a la final.

-Carlos: A ver quien gana. Chan, chan, chan, chaaaaannn... María y Blas VS Álvaro y... ¿cómo se llamaba tu chica?

-Álvaro: Laura... No te vas a aprender el nombre nunca cabezón jajajajaj.

-Carlos: Déjame...

-Vanesa: Deja a mi rubio y vámonos.

Todos nos levantamos y nos fuimos del comedor.

[...]

Era la hora ya de la final. Estaba muy, pero que muy nerviosa. Primero cantaría con Blas y eso me daba confianza, pero después iba a cantar sola y aún encima tocando la guitarra... Tenía el presentimiento de que la iba a liar con la guitarra.

Estábamos detrás del escenario. Blas intentaba tranquilizarme pero no daba resultado. Estaba temblando.

-Blas: Eh, tranquilízate. Imagina que solo estamos tu y yo. Como si estuviéramos en clase... -se quedó mirándome fijamente a los ojos.

Cuando Blas me hablaba y me miraba así me olvidaba de todo. Todo lo que había a mi alrededor dejaba de existir y solo estábamos él y yo. Cuando nos quedamos los dos solos Blas se lanzó a mí y comenzó a besarme. Nos separamos y apoyó su frente con la mía.

-Blas: Necesitaba besarte -y me sonrió.

-María: Y yo necesitaba que lo hicieras -le devolví el beso y los dos salimos al escenario.

Yo me senté en el taburete del piano y Blas se sentó encima del piano. Pudiendo mirarme a mí y a la vez al público.

Iba a comenzar a tocar pero mis manos estaban temblando. Blas se dio cuenta, me cogió la mano.

-Blas: Respira hondo. Sabes que puedes y yo sé que puedes. Sabes que confió en ti.

Respiré hondo, conté hasta diez y comencé a tocar el piano.

Hacíamos un dueto cantando “Still” (.....)

Blas: I am frozen out of bed
You”ve cut me open, and stripped me bare...

María: No masquerade or escape from you.
I”m the mirage you see through.

Ambos: And I still. And I still,
miss you like desserts miss water.
And I still. And I still,
feel you around every corner.
I bruise and I break and there”s no other place
that I still need you...

Blas: Lost in my skin
and the worl falls down.
Resistance gives in
when you”re around.

María: Easily reach me without a word
with one touch you take me under...

Ambos: “Couse I still. And I still,
miss you like deserts miss water.
And I still. And I still,
feel you around every corner.
I bruise and I break and there”s no other place
that I still need you...

María: Can”t erase, take back,
once be stolen.
If I try, can”t rewind, evry moment.
It”s gone...

Blas: And I still... And I still...

Ambos: And I still. And I still,
miss you like deserts miss water.
And I still. And I still,
feel you around every corner.
I bruise and I break and there”s no other place
that I still need you...

That I still need you...”

Cuando acabamos la canción Blas me miro y estaba muy emocionado. Le faltaba poco para llorar y yo estaba en las mismas. Se me cayó alguna que otra lagrimilla. Había sido un momento muy especial para mi, cantar un dueto con mi ídolo, con mi actual novio...

Blas salió del escenario y al rato volvió a entrar con la guitarra de Álvaro y un taburete para que yo me sentara. Ahora era mi turno para que yo cantara sola. Dani me había enseñado muy bien a tocar, bueno y Álvaro también me había echado alguna que otra mano. Sabía que estaba preparada pero delante de tanta gente no sabía si iba a ser capaz de no cometer ningún fallo.

Coloqué bien las partituras para por si acaso me perdía, porque me la sabía de memoria. Me senté en la silla, me acomodé la guitarra bien. Y respiré hondo.

Iba a tocar “Me gusta” una de mis canciones favoritas de los chicos.

Me encanta tenerte aquí, rebuscándome la piel
hace días te esperé y ya estás conmigo...
Aún me sorprende encontrar, algo tuyo en el salón
me provocas algo más no sé definirlo...

(en esta parte me salió la sonrisa al recordar el momento del concierto acústico, miré a los chicos y estaban los cinco riéndose)

Entre tú y yo algo raro sucede...
pude confiar en ti, nada más conocerte.
Bajé la guardia y subí mis apuestas, quise arriesgarme a ti
sin pedir cuentas...

Me gusta, llegar y verte concentrada entre tus cosas,
matar el tiempo repasando nuestra historia...
No te quiero perder...
Me gusta, poder decirte simplemente en nuestra cama,
abrir un vino y no quedarme con las ganas...
de verte un rato más...
quédate hasta el final...

Por primera vez dejé todo mi pasado atrás,
no siempre se sabe dar un paso adelante...

(miré a Blas y le sonreí, estaba casi llorando otra vez)

Me cansé de pelear, te juro que no quiero más...
no apagues la luz aún, me quedan besos que darte

Entre tu y yo algo raro sucede, pude confiar en ti
nada más conocerte, ehh...

(miré a Álvaro y me guiñó un ojo, también se le notaba algo emocionado)

Me gusta, llegar y verte concentrada entre tus cosas,
matar el tiempo repasando nuestra historia...
No te quiero perder...
Me gusta, poder decirte simplemente en nuestra cama,
abrir un vino y no quedarme con las ganas...
de verte un rato más...
quédate hasta el final...

Me gusta, llegar y verte concentrada entre tus cosas,
matar el tiempo repasando nuestra historia...
No te quiero perder...
Me gusta, poder decirte simplemente en nuestra cama,
abrir un vino y no quedarme con las ganas...
de verte un rato más...
quédate hasta el final...”

Toqué el sólo final de la guitarra y todos empezaron a aplaudir. Estaba apuntito de llorar y la gota que colmó el vaso fue que los cinco se subieron al escenario conmigo y me abrazaron. Mientras me abrazaban oía como me decían que lo había hecho genial y que estaba hecha toda una artista.
-Dani: Pedazo profesor estoy hecho jajajjaja.

-Álvaro: Eh, no te lleves tu todo el mérito jajajajja.

-María: Venga va, vamos a bajar que le toca a Álvaro y a Laura cantar. Suerte Gango -y le di un abrazo.

-Álvaro: Gracias enana.

Álvaro y Laura cantaron y luego cantó Laura sola. Cuando termino, los chicos se fueron junto a Magí y algunos de los monitores para decidir quien ganaba. También más tarde votarían un par de chicas de los grupos de David, Carlos y Dani.

Todo el mundo había votado y estaban haciendo el recuento de todos los votos. Cuando todos los votos ya habían sido contados Magí subió al escenario para anunciar la ganadora...

[Continuará...]


jueves, 12 de junio de 2014

Capítulo 45.

[Al día siguiente...]

Narra María:


Me desperté y estaba en el bungalow de los chicos. A mi lado estaba durmiendo Blas. Pero que adorable era. Miré el reloj y eran las ocho.

Me volví a tumbar y me giré quedando girada hacia Blas. Me quedé allí observándolo. Parecía un angelito durmiendo, como si no hubiera roto un plato en su vida. Me quedé mirando los golpes que había recibido. Llevaba el labio partido y se le estaba poniendo un ojo algo morado.

Me acerqué a él y le di un beso en los labios. Al apartarme Blas empezó a abrir los ojos poco a poco.

-Blas: Buenos días enana.

-María: Buenos días.

-Blas: Ojalá me despertara con estas vistas todas las mañanas -dijo mientras me abrazaba y me empezaba a dar besos.

-María: Blas, nos van a ver los chicos.

-Blas: No pasa nada, ya lo saben. Anoche les tuve que contar todo.

Siguió dándome besos y yo se los devolvía.

Los chicos se fueron despertando poco a poco.

-David: Venga parejita, que ya es hora de levantarse.

Yo no sé como este chico se podía levantar con tanta energía. Empezó a dar saltos y a bailar mientras se vestía e iba al baño.

A Dani le costó algo más despertarse. Y Álvaro... bueno Álvaro estaba despierto desde hacia un rato pero no dejaba de mirarnos a Blas y a mí. Me hacía sentir algo incómoda.

Blas se levantó de la cama y empezó a vestirse. Yo también me levanté. Cuando me levanté me di cuenta que iba solo en ropa interior y me volví a meter en la cama corriendo para taparme con las sábanas.

-Dani: No te tapes, si ya te hemos visto todos -dijo Dani riéndose y provocando la risa de todos.

-María: Dioooooss, que puta vergüenza. ¿Dónde narices está mi pijama?

-Blas: El gilipollas ese te lo rompió.

-María: ¿Y ahora como narices voy yo a mi bungalow?

-David: Pues así, si vas muy mona -y todos volvieron a reírse.

-María: Ja-ja-ja, menuda risa me hace a mí. No, en serio.

-Blas: Anda toma, coge esta camisa -dijo dándome una de sus camisas.

-María: Gracias... pero... no voy a ir solo con la camisa.

-Blas: Te dejaría unos pantalones pero te van a venir bastante grandes, así que te chinchas solo con la camisa jajjajaj.

-María: Sois malos... Anda e iros todos a la mierda -dije mientras me ponía la camisa y salía del bungalow.

Eran las ocho y media así que la mayoría de la gente no había salido todavía de sus bungalows. Eché a correr hacia el mío y cuando llegué empecé a llamar muy rápido a la puerta para que no tardaran mucho en abrir.

Me abrió la puerta Sheila y no tenía muy buena cara. Me preocupó bastante.

-María: ¿Qué pasa Sheila? -dije mientras entraba.

Pero cuando entré al bungalow y vi a Vanesa y Carlos durmiendo juntos y abrazados no hizo falta que Sheila me contestara. En ese momento sobraban las palabras, solamente la abracé.

Cuando terminamos de abrazarnos Sheila se separó y me miró de arriba a abajo. Me miró la cara y me cogió de la barbilla.

-Sheila: ¿Y a ti que narices te ha pasado? Porque para que vengas medio desnuda, con un labio partido y un ojo medio morado...

-María: Luego os cuento. Voy a darme una ducha.

Me quité la camisa de Blas y la dejé en mi cama y me metí al baño solo con la ropa interior. Me quedé mirándome en el espejo. Volvía otra vez a las andadas de llevar un ojo morado, parecía que me gustaba... En ese momento me vino un flash de lo que paso anoche y se me pusieron todos los pelos de punta.

No sabía porqué, pero no recordaba casi apenas nada de lo que pasó. Solo escenas sueltas. Mejor así, mejor que no recordara muchas cosas.

Me quité la ropa interior y me metí a la ducha.

[...]

Salí del baño con la toalla enroscada. Vanesa ya se había despertado también y Carlos al parecer se había ido del bungalow. Cuando Vanesa me miró y me vio así fue corriendo a darme un abrazo.

-María: Cuidado que me vas a dejar aquí en bolas jajajjaja.

-Vanesa: ¿Qué te ha pasado? Nos tenías anoche a las dos bastante preocupadas.

-María: Cuando estemos todas os lo cuento, pero tranquilas que estoy bien.

Cogí la ropa y me vestí. Volví al baño y me maquillé algo el ojo para que no se me notara tanto.

Las chicas ya se habían arreglado y estaban esperando cada una en su cama con sus móviles. No se habían dirigido la palabra en lo que llevábamos de mañana. No me gustaba esta situación pero debía dejar que lo hablaran ellas y no presionarlas.

Salimos del bungalow y las otras chicas ya estaban fuera esperándonos. Cuando vieron mis moratones y mi labio se quedaron sin palabras y no sabían como reaccionar. Tamara se puso súper agresiva.

-Tamara: ¿A quién tengo que matar?

-María: Tranquilas... Vamos a desayunar que nos vamos a quedar sin mesa y os lo cuento.

[...]

Llegamos al comedor y los chicos nos habían guardado la mesa. Cuando los cinco me vieron me dieron un beso y un abrazo cada uno. Eran tan atentos y adorables. El último fue Blas.

-Blas: ¿Cómo estás? ¿Se lo has contado a las chicas lo que ha pasado?

-María: Iba ahora... pero no sé si voy a ser capaz...

-Blas: Tranquila que estoy aquí -me dio la mano y nos sentamos.

Mientras nos servían el desayuno me puse a contarles a las chicas lo que había pasado. Estaban las seis mirándome sin quitarme ojo. Cuando terminé Sheila, Vanesa y Natalia se pusieron a llorar y vinieron a abrazarme. En cambio las demás se pusieron súper agresivas.

-Claudia: ¿Dónde narices está el hijo puta ese?

-Fátima: Yo lo mato, es que lo mato.

-Álvaro: Eh, relax. Magí se va a ocupar de todo esto.

Las chicas se tranquilizaron y se volvieron a sentar. La única que no parecía tranquilizarse era Natalia.

-David: Ven, levanta -le dijo David a Natalia- Vamos a tomar un poco el aire.

David se llevo a Natalia y los demás nos quedamos desayunando.

Narra David:

Saqué a Natalia fuera del comedor para que se tranquilizara un poco. La verdad es que me vino genial, porque quería estar a solas con ella.

Nos fuimos al lago y nos sentamos allí en el césped uno enfrente del otro.

-David: ¿Mejor?

-Natalia: Sí, mucho mejor. Gracias.

-David: No me las tienes que dar. La verdad es que yo quería hablar contigo a solas -Natalia puso una cara rara, como si se hubiera asustado- Pero tranquila, no me pongas esa cara jajajja.

-Natalia: Es que después de lo de antes me he asustado, ¿qué pasa?

-David: A ver... es que Tamara y tú me tenéis desconcertado... hay una que me gusta más que la otra, pero no sé que hacer. Sé que el amor no tiene edad, pero os saco bastantes años... -cuando dije que había una que me gustaba más Natalia bajo la mirada- Eh, no mires para abajo... Eres tú la que me gusta -dije cogiéndole la barbilla y subiéndola para arriba.

Me quedé mirándola a los ojos y no pude evitar besarla. Nos separamos y nos quedamos mirándonos.

-David: Será mejor que vayamos dentro a desayunar.

Y volvimos al comedor.

Narra María:


Terminamos de desayunar y Carlos me pidió que fuera a hablar con él. Nos apartamos un poco de los demás.

Se notaba que Carlos estaba nervioso.

-María: Tranquilo que ya lo sé jajajja.

-Carlos: ¿Nos has visto esta mañana?

-María: Claro que os he visto... y Sheila también. Creo que deberías hablar con ella, me parece que se hizo ilusiones.

-Carlos: Eso era de lo que te quería hablar... Ha sido mi culpa... Hice que se hiciera ilusiones y luego le di en las narices yéndome con Vanesa... No sé que decirle...

-María: Dile lo que sientes. Seguro que lo entiende. Sheila es muy madura para la edad que tiene.

-Carlos: Luego hablaré con ella. Y ni una palabra de lo de esta mañana a nadie.

-María: Soy una tumba jajajja.

-Carlos: Gracias enana -dijo abrazándome.

[Continuará...]

lunes, 9 de junio de 2014

Capítulo 44.

Narra María:

Cuando abrí los ojos vi que estaba en la habitación de los chicos, pero solo estaban Blas y Álvaro. Blas estaba tranquilizando a Álvaro... ¿estaba llorando? Me dejo un poco aturdida ver a Álvaro llorar... Blas se acercó a mi cama y me dijo que descansara, me dio un beso en la frente y salio afuera a que le diera un poco el aire. Me quede sola en el bungalow con Álvaro.

Me quedé observándolo y él no me quitaba ojo. Notaba rabia y furia en sus ojos.

-Álvaro: ¡Menudo hijo de puta! Es que lo mataba, ¿cómo puede ser capaz de hacer lo que iba a hacer?

-María: Tranquilo Álvaro, estoy bien... -dije reincorporándome en la cama y sentándome.

-Álvaro: No, tranquilo no... Si yo no te hubiera apartado de mí te hubiera podido proteger... En parte también ha sido culpa mía... -dijo mientras se levantaba de la silla y no paraba de dar vueltas por el bungalow.

-María: Eh, no digas eso. No ha sido culpa tuya ni de nadie... En todo caso sería culpa mía por irme sola al lago... -Álvaro me miró y tenía los ojos algo llorosos. Se acercó a la cama y se sentó a mi lado.

-Álvaro: Si te hubiera hecho algo no me lo hubiera perdonado en la vida... -dijo acariciándome la mano- No quiero que te vuelvas a separar de mi nunca, ¿lo entiendes?

-María: No me voy a separar de ti nunca... -dije mientras se me caía alguna lágrima.

Álvaro me abrazó. Me abrazó con mucha fuerza, como si no me quisiera soltar nunca.

-María: Me gusta este abrazo, pero ahora mismo estoy llena de moratones y estás aplastándome jajjajaja.

-Álvaro: Ay, lo siento jajajja -se quedo mirándome- No quiero que pierdas nunca esa sonrisa. Soy el smiler boss así que tienes que hacerme caso jajajjaja.

-María: Lo haré jajajaj.

-Álvaro: Ahora duerme un rato, voy a ver si Blas estás bien- Álvaro me dio un beso en la frente y salio a fuera con Blas.

Yo me volví a quedar durmiendo.

Narra Blas:


Salí del bungalow y me senté en el banco que había fuera en el porche. Me eché las manos a la cabeza y me puse a pensar en lo que acababa de pasar. La podría haber perdido para siempre... A saber lo que el hijo de puta ese era capaz de haberle hecho.

El ruido de la puerta interrumpió mis pensamientos. Era Álvaro el que salía del bungalow.

-Blas: ¿Pasa algo? -dije levantándome sobresaltado del banco.

-Álvaro: No, tranquilo. Se ha quedado durmiendo.

Álvaro y yo nos volvimos a sentar en el banco.

-Álvaro: Menos mal que estabas tu allí... Y... ¿por qué estabas allí? ¿Qué hacías?

-Blas: Mejor te cuento todo... No aguanto más... No quiero esconderos nada.

Álvaro me miró bastante extrañado y yo le conté todo. Y cuando digo todo es todo. Le conté desde que empecé con María hasta esta misma noche. Álvaro parecía que había dejado de escucharme en el momento que le dije que estábamos juntos. Solamente se miraba las manos y afirmaba con la cabeza...

-Blas: ¿Álvaro?

-Álvaro: ¿Eh? Sí bro, me alegro -dijo forzando una sonrisa.

-Blas: Sé que en el fondo no te alegras y lo entiendo...

-Álvaro: Me jode, pero si no está conmigo me gusta saber que está contigo y que tu la vas a cuidar. Cuídala, por favor... -dijo dándome un abrazo.

Cuando dejamos de abrazarnos los chicos llegaron. Y no vinieron solos, venían con Magi.

-Magi: Que alguien me explique lo que ha pasado aquí -dijo con un tono algo cabreado.

Le conté todo lo que había pasado a Magi desde que dejé las oficinas. Cuando se lo conté Magí no sabía como reaccionar.

-Magí: Pero... ¿María está bien?

-Álvaro: Sí, está bien. Está dentro durmiendo un poquito.

-Magí: ¿Y el chico?

-David: Esto... cuando hemos llegado el chico ya no estaba...

-Blas: ¿Cómo? Joder... pero si se quedó allí tirado en el suelo. ¡Me cago en la puta!

-Álvaro: Tú que vuelva, ¡que le parto la cara!

-Magí: Eh, eh... tranquilos. No os preocupéis que del chaval ya me ocupo yo. Vosotros ahora descansar. Venga todos para dentro.

-Blas: No, espera... Ahora que me acuerdo. He dejado a las chicas bastante preocupadas y estarán preocupadas por María. Lo mejor es que vaya a avisarlas de que está aquí durmiendo.

-Carlos: Ya voy yo, tú entra y ve con María -dijo bastante sonriente.

-Blas: Gracias.

Entramos todos menos Magi y Carlos, que se fue al bungalow de las chicas.

Narra Carlos:


Llegué al bungalow de las chicas. Al parecer seguían despiertas ya que se veía la luz a través de las ventanas. Subí las escaleras del bungalow y llamé a la puerta. No tardaron nada en abrir la puerta. Cuando abrieron la puerta las dos se quedaron embobadas mirándome. Ambas tenían la cara descompuesta, se notaba que estaban bastante preocupadas. Incluso les faltaba poco para llorar.

Al verlas así mi reacción fue abrazarlas a las dos a la vez. Las dos me rodearon con sus brazos y me apretaron muy fuerte.

-Carlos: Tranquilas, María está bien. Está durmiendo en nuestro bungalow.

-Vanesa: Joder, menos mal. Desde que ha venido Blas nos ha dejado bastante preocupadas.

-Sheila: Sí, nos penábamos que le había pasado.

-Carlos: No, tranquilas. Vengo a haceros compañía. Hoy duermo yo aquí esta noche.

Las dos se miraron entre ellas y me volvieron a mirar. Se echaron a reír y volvieron a abrazarme.

-Carlos: Venga todos a la cama.

Ellas se metieron cada una a su cama y yo tuve que dormir en la cama de María.

[...]

A media noche empecé a oír unos pequeños gritos. Me levanté bastante sobresaltado. Después de lo que había pasado esa noche me esperaba cualquier cosa. Alumbré con la luz de mi móvil, pero no vi nada. Alumbré a las camas de las chicas. Sheila estaba y Vanesa estaba... estaba teniendo una pesadilla y era la que estaba gritando.

Me levanté de la cama y me senté en la suya. La abracé y la acaricié. Se despertó y me miró.

-Carlos: Ya pasó, tranquila. Estoy aquí. Toda está bien.

Vanesa se tranquilizó. Me levanté para irme a mi cama, pero me cogió de la mano.

-Vanesa: Porfi, quédate conmigo.

Me quedé mirándola y no pude evitar decirle que no. Cada vez que la miraba mi corazón se ponía a mil por hora. Y lo hice. La cogí de la cara suavemente y la besé. Lo hice sin pensar, fue algo impulsivo. Me separé de ella bruscamente.

-Carlos: Ay lo siento. Mejor me voy...

-Vanesa: No Carlos... No pidas perdón. Me ha gustado. Quédate, por favor...

-Carlos: Entonces... ¿esto significa que te gusto?

-Vanesa: Claro que me gustas... ¿cómo no me vas a gustar?

La abracé muy fuerte y nos quedamos los dos dormidos, abrazados el uno al otro.

[Continuará...]

martes, 3 de junio de 2014

Capítulo 43.

Narra María:

Fui abriendo los ojos poco a poco, me dolía bastante la cabeza... quise tocarme la cabeza pero no podía... Veía algo borroso, pero noté como estaba atada... Miré a mi alrededor. Estaba en una especie de cabaña de madera. Entonces recordé todo lo que había pasado. Yo estaba en el lago sentada en el tronco enfrente de la cabaña de madera y entonces llegó él... llegó Rubén y me golpeó. Desde el golpe no recuerdo nada.

El ruido de la puerta de madera interrumpió mis pensamientos.

-Rubén: ¿Ya te has despertado dormilona?

-María: ¡Suéltame gilipollas!

-Rubén: Ey, tranquilita... -dijo mientras se acercaba a mi y se ponía de rodillas a mi lado- No te molestes en gritar, nadie te puede oír -dijo mientras acariciaba mi mejilla.

-María: ¡Ni me toques! -dije mientras apartaba la cara de su mano.

-Rubén: Relájate un poquito o sino esta noche se te va a hacer muy larga cariño -dijo mientras me cogía la cara y me giraba para que lo mirara.

-María: ¡Te he dicho que no me toques! -le dije mientras le escupía en la cara.

-Rubén: ¡Hija de puta! Te juro que me las vas a pagar todas esta noche -dijo mientras se levantaba.

-María: ¡Ayuda! ¡Ayuda por favooorr! ¡Ayuda! -comencé a gritar mientras lloraba.

-Rubén: No gastes tus gritos. Esta noche vas a ser sólo mía... -comenzó a darme besos por el cuello, mientras iba tocando todo mi cuerpo. Fue levantando mi camiseta del pijama mientras lamía y besaba mi barriga.

-María: ¡Por favor suéltame! ¡Rubén, por favor...! -dije mientras no paraba de llorar.

-Rubén: No llores preciosa... -comenzó a besarme la boca y yo aparté la cara. Siguió tocando todo mi cuerpo. Me quitó la camiseta del pijama.- Pero que tenemos aquí... comencemos a jugar un poquito... -comenzó a chupar mis pechos. Intentaba soltarme pero era imposible... Fue bajando poco a poco hasta llegar a mis pantalones y fue quitándomelos poco a poco y comenzó a lamer mis ingles y mis muslos.

-María: ¡Suéltame cabrón! ¡Ayuda por favooor! ¡Ayudaaa! -gritaba con todos mis ganas, pero al parecer nadie me escuchaba. Estaba totalmente perdida.

Narra Blas:

Llegué al lago que estaba fuera del campamento me faltaba hasta la respiración. Observé todos los alrededores del lago, pero no había nadie... Me senté en el tronco y me eché las manos a la cabeza. Entonces oí unos gritos.


X: ¡Suéltame cabrón! ¡Ayuda por favooor! ¡Ayudaaa!

¡Era la voz de María! Me levanté corriendo pero no había nadie alrededor. Entonces caí en la cabaña de madera... Fui corriendo hacia la cabaña. Me acerqué intentando no hacer ruido y miré por la ventana y entonces la vi... Allí la tenía atada de pies y manos mientras él la baboseaba... La tenía prácticamente desnuda. En ese momento una rabia y un cabreo se apodero de mi. Fui directo a la puerta, estaba atrancada por dentro, pero en ese momento no fue ningún impedimento para que yo pasara a la cabaña. Cogí carrerilla y tiré la puerta abajo.

-Rubén: ¡Hombre el que faltaba! -dijo mientras dejaba a María en paz. María estaba allí tirada en el suelo llorando... No podía verla así.- Ahora sigo contigo cariño, voy a enseñarle un par de cosas a tu querido novio... -dijo mientras acariciaba su cuerpo y su cara.

-María: ¡Déjalo cabrón! -gritaba mientras lloraba.

-Blas: ¡Gilipollas me las vas a pagar! -fui directo a él y lo embestí contra la pared. Empecé a golpearle sin piedad. Quería verlo sufrir.

-María: ¡Blas para! ¡Para lo vas a matar!

Me giré para mirarla y entonces él me la devolvió comenzó a golpearme. Antes de que el tomara el control le pegué un puñetazo en la mandíbula con toda mi rabia. Rubén cayó al suelo y su cabeza golpeó con el suelo.

María y yo nos miramos.

-María: Lo has matado... -miré a ver si todavía tenía pulso y todavía lo tenía...

-Blas: Me da igual... ¿Tú sabes lo que te iba a hacer el hijo de puta ese? -comencé a desatarla.

María no podía para de llorar. Cada vez lloraba más y más. La cogí en brazos y le puse por encima la sudadera que llevaba yo puesta. El gilipollas de Rubén había roto completamente su pijama al quitárselo.

Salí de la cabaña con ella en brazos y ella continuaba llorando. Estaba abrazada a mí con todas sus fuerzas.

-Blas: María, tranquila... Estoy aquí, no te va a pasar nada malo. Te prometí que no te iba a pasar nada malo y así ha sido... Ahora descansa pequeña.- Le di un beso y poco a poco se fue tranquilizando.

Salí del lago y volví al campamento. Iba a llevarla a su bungalow pero si la llevaba allí las chicas se iban a preocupar al verla así y no era cuestión de preocuparlas, así que decidí llevarla a nuestro bungalow.

Abrí como pude la puerta del bungalow. Los chicos seguían todavía despiertos y estaban bastante preocupados. Cuando me vieron entrar así y con María en brazos medio desnuda todos se sobresaltaron.

-Dani: ¿Qué coño ha pasado?

-Blas: No grites, parece que se ha quedado durmiendo...

-Álvaro: Trae déjamela, voy a tumbarla en la cama... -Álvaro cogió a María en brazos y la tumbo en la cama echándole una sábana por encima para taparla un poco.

-David: Blas, ¿que narices ha pasado? -dijo susurrando.

Le conté todo lo que había pasado a los chicos... Noté como poco a poco se iban cabreando. Sobretodo Álvaro. Tenía las venas del cuello bastante hinchadas...

-Álvaro: ¿Dónde coño está el tío ese? Le parto la cara, es que se la parto...

-Blas: Ya le he dado yo su merecido.

-Carlos: ¿Pero dónde está?

-Blas: Se ha quedado allí insconciente...

-David: Hay que avisar a Magí de lo que ha pasado.

-Blas: ¿Podéis ir vosotros? No quiero separarme ahora de ella...

-Dani: Sí tranquilo, vamos nosotros.

-Álvaro: Id vosotros, yo me quedo aquí con Blas por si acaso.

-Dani: Ahora volvemos.

Álvaro se quedo allí conmigo en el bungalow. Se le notaba en la forma en que miraba a María que todavía sentía cosas por ella. Se sentó en una silla al lado de su cama y se echó las manos a la cabeza.

-Álvaro: Ha sido mi culpa... -oí como susurraba.

-Blas: Álvaro no ha sido tu culpa...

-Álvaro: Sí, sí que ha sido mi culpa. Si yo no me hubiera apartado de ella la hubiera podido proteger... Y yo no he estado ahí para protegerla...

-Blas: Álvaro sabes que eso no es verdad... No ha sido culpa tuya...

-Álvaro: Es que mato a hijo de puta ese, es que lo mato... -dijo mientras s ele caía alguna que otra lágrima.

Me acerqué a él y lo abracé. Lo tranquilicé y lo volví a sentar en la silla...

-María: Blas... Álvaro... -oímos una voz que apenas podía hablar.

-Blas: Ey pequeña... -me acerqué hasta la cama. Cuando la miré yo tampoco pude evitar que se me cayeran alguna que otra lágrima.

-María: ¿Estás bien? -dijo tocándome el labio. Cuando me tocó entonces noté que el labio me escocía. Al parecer llevaba el labio partido.

-Blas: Tranquila... Aquí el que debe preguntar si estas bien somos nosotros... ¿estás bien?

-María: Sí... me duele un poco la cabeza.- María se echó la mano en la cabeza. Llevaba un par de golpes en los brazos, las rozaduras de las cuerdas en sus muñecas y en sus tobillos y también tenía el labio partido...

-Blas: Ahora descansa un poco... -le di un beso en la frente y me levanté de la cama.- Voy a tomar un poco el aire. Estoy fuera por si necesitas algo...

Salí del bungalow y se quedo Álvaro con ella dentro del bungalow.

[Continuará...]

sábado, 31 de mayo de 2014

Capítulo 42.

Narra Blas:

Era la hora de cenar. Como ya era costumbre cenamos con las chicas. Mientras cenábamos y hablábamos vi como el monitor, Rubén, no le quitaba los ojos de encima a María. Vi odio en la mirada de aquel chaval.

Cuando acabara de cenar iría a ver la ficha y el curriculum de aquel chaval. No me fiaba ni un pelo.

Terminamos de cenar y me despedí de todos, les dije que tenía que hacer unas cosas antes de irme a dormir y que me urgían. María me echó una mirada algo confusa. No le dije nada, ya que no quería preocuparla.

Salí del comedor y me fui a la sala donde Magí tenía todos los papeles y contratos. Cuando entré el estaba allí haciendo unos papeles.

-Magí: Eyy, ¿que te trae por aquí?

-Blas: Venía a ver unas cosas, ¿puedo ver los curriculums de los monitores?

-Magí: Si, ¿te ayudo? ¿Buscas alguno en particular?

-Blas: Sí, un tal Rubén...

-Magí: ¿Sabes el número del monitor?

-Blas: Ah sí... es el 24.

Magí se acercó a un cajón donde tenía muchísimos archivos. Cogió uno de las carpetas y me lo dio. Me senté en una de las mesas que había y comencé a mirar aquellos papeles.

Me llamó la atención un par de ellos. Uno era del hospital y otro era de... ¿un reformatorio?
¿Pero qué cojones? Volví a mirar el papel del hospital. No entendía mucha de las cosas que ponía, pero básicamente decía que el chico sufría un transtorno bipolar y que a veces actuaba violentamente... Volví a coger de nuevo los papeles del reformatorio y miré la causa por la que estuvo en él.

A los 17 años... violó a una chica porque esta le rechazó... No podía ser...

Solté todos los papeles y me levanté sobresaltado...

-Blas: ¿Por qué cojones contratáis a este tío? ¿Estás loco Magí? ¿Tú has visto lo que ha hecho?

-Magí: Eh, relaja Blas. Es un programa de reinsertación social, nos dijeron que estaba totalmente reformado.

-Blas: ¡Sí, reformado unos cojones!

Salí de la sala dando un portazo y me fui corriendo al bungalow de las chicas para comprobar que María estaba bien.

Empecé a aporrear la puerta como un loco. Tardaban mucho en abrir y me puse más nervioso de lo que ya estaba, por fin Vanesa me abrió la puerta. Casi la tiro al suelo de lo rápido que pase a la habitación.

-Blas: ¿Dónde está María?

-Sheila: Se ha ido a dar una vuelta... ¿qué pasa Blas?, nos estás preocupando...

-Blas: ¿Y le habéis dejado irse sola?

-Vanesa: Sí... ¿por qué?

Sin contestarles salí corriendo y fui en busca de María. Me hice un idea de donde podría estar así que me fui directo al lago que estaba fuera del campamento. En ese momento se me pasaban por la cabeza lo peor...

Narra María:

Blas se fue algo alterado y yo me quedé algo preocupada por lo que le pasaba. Las chicas y yo nos quedamos un rato hablando con los chicos. Al poquito rato decidimos irnos a nuestro bungalow, ya que las chicas estaban algo cansadas.

Nos metimos al bungalow y cada una nos pusimos nuestros pijamas. Se metieron en la cama y se quedaron durmiendo. Yo seguía preocupada por Blas y no podía dormir, así que decidí irme a dar una vuelta. Fui a avisar a Sheila de que me iba a dar una vuelta.

-María: Sheila... Sheila...

-Sheila: Mmmmm... ¿qué pasa?

-María: No, tranquila no pasa nada... No puedo dormir, me voy a dar una vuelta así que no os preocupéis.

-Sheila: ¿Quieres que te acompañemos?

-María: No, me vendrá bien un tiempo para mí, pero gracias -le di un beso y se volvió a quedar durmiendo.

Cogí mi móvil y los cascos y salí del bungalow intentando no hacer mucho ruido para no molestar. Me puse solo uno de las cascos y me puse la música. No sabía a donde ir, pero decidí que sería mejor que fuera al lago que estaba fuera del campamento, así no me vería ninguno de los monitores.

Llegué al lago y me senté en el tronco que seguía en el mismo lugar. Me puse a darle vueltas a cómo se había ido Blas... Me había dejado bastante preocupada, ¿qué podría haber pasado? En ese momento se me pasaban mil cosas por la cabeza... Lo mejor sería dejar de pensar en eso, seguro que Blas me lo contaría sin falta mañana.

Seguí allí sentada pensando en mis cosas. Estaba tan ausente que no escuché unos ruidos de ramas entre los árboles...

Bajé el volumen de la música. Me giré y vi una sombra por entre los árboles. Me levanté bastante sobresaltada y me acerqué a donde se oían los ruidos. Llegué y aparte un arbusto...

-María: Joder, que susto... -tan solo era un gato.

Lo cogí. Era bastante cariñoso, supuse que sería de alguno de los dueños del campamento o de algún monitor. Y volví al tronco para sentarme. Miré el collar del gato. No tenía ningún grabado de como se llamaba ni de quien era su dueño. Mañana buscaría a el dueño del gato.

Lo dejé a mi lado sentado en el tronco y volví a ponerme los cascos.

(...)

Miré la hora en el móvil. Se había hecho bastante tarde, pero se estaba bastante bien allí. Ese lugar me relajaba demasiado. Me giré para mirar al gato y estaba algo nervioso. No paraba de mirar para todos los lados. De repente se quedó mirando un punto fijo. Me quité los cascos y me giré...

En ese momento quise gritar pero me tapo la boca... Intenté salir corriendo pero antes de que pudiera escaparme me cogió. Me tenía agarrada por detrás y no podía soltarme. Entonces noté como algo golpeaba mi cabeza...

[Continuará...]

lunes, 26 de mayo de 2014

Capítulo 41.

Narra María:

Blas y yo estuvimos a punto de hacerlo, pero Blas paró. Me dijo que no quería que su primera vez conmigo fuera así, que él se ocuparía de ello. La verdad es que yo también pensaba que ese no era el momento correcto. Los dos nos pusimos las camisetas y nos quedamos allí un rato más.

Blas me acompañó a mi bungalow. Lo notaba algo incómodo, como si tuviera que decirme algo. Me acerqué a él para despedirme. Puse mi mano en su mejilla y le di un beso en la boca. Me separé y apoyé mi frente en su frente.

-María: ¿Qué pasa?

-Blas: Me pasa tu brazo. ¿Me vas a decir a mí la verdad?

-María: Ya se lo he dicho a Dani, no es nada...

-Blas: Lo vi todo María... deja de mentirme.

-María: ¿Lo viste todo?

-Blas: Sí... se que fue el monitor ese. Como te vuelva a tocar un pelo le cruzo la cara, te lo juro.

-María: Blas, tranquilo -vi como a Blas se le hinchaba la vena del cuello. La única vez que lo había visto así fue cuando Lucas... no sabía que tenía ese lado tan agresivo.

-Blas: Es que si te hace algo, no sé que haría... -dijo abrazándome muy fuerte.

-María: Tranquilo, que ese no me vuelve a tocar un pelo.

-Blas: Más le vale... -dejo de abrazarme y me dio un beso.

-María: Mejor entro ya que las chicas tienen que estar preocupadas. Buenas noches.

-Blas: Buenas noches -dijo dándome un beso en la frente.

Yo entré a mi bungalow y Blas se fue.

Narra Rubén:

Esa noche me tocaba guardia así que me puse a comprobar que todo el mundo estaba en sus bungalows. A mí me tocó comprobar el bungalow de Auryn. Teníamos que comprobarlo por si acaso tenían algún problema con las fans. Llamé a la puerta y uno de ellos me abrió. Era Dani.

Hice recuento y me faltaba uno de ellos... me faltaba Blas. Los chicos me dijeron que se había ido a dar un paseo que no podía dormir y que necesitaba aire. Les di las buenas noches y me fui en busca de él para avisarle de que debía irse ya a su bungalow.

Cuando iba buscándolo me pareció oír la voz de una chica. Me quedé detrás de un árbol y allí la vi a ella. Era María, y al parecer no estaba sola, iba con Blas. Blas la estaba acompañando a su bungalow. Me acerqué un poco más para oír lo que estaban hablando. Vi como se daban un beso y oí todo lo que decían...

Con que esas tenemos... por eso no quería nada conmigo. Menuda guarra. Esta niña me las iba a pagar caras y el chulo este se pensaba que me iba a parar los pies. Si yo quiero tocarle un pelo, se lo toco. Como si me la quiero follar. Yo me fije antes en ella, y en estos momentos ella me debe algo. Me dejo a medio y tarde o temprano me lo va a pagar...

María entró a su bungalow y Blas se fue. Supuse que se iría al suyo, así que yo también me fui al mío a descansar. Mañana iba a ser un laaargooo día...

[Al día siguiente...]

Narra María:

Me desperté a la misma hora que el día anterior. Me duché, me vestí, me maquillé un poco y me peiné. Las chicas hoy tenían actividades por la mañana mientras yo volvía a tener clase con Blas, así que me fui a la sala del día anterior.

Cuando entré Blas ya estaba esperándome. Llevaba unas hojas, que supuse que eran las letras de las canciones, pero no entendía porqué, porque las letras ya me las sabía y no me hacían falta.

-María: Buenos días, que pronto has llegado hoy -dije dándole un beso en la mejilla.

-Blas: No quería hacerte esperar -dijo mientras me cogía por la cintura y me daba un beso en los labios.

-María: ¿Qué tienes ahí? -dije con curiosidad.

-Blas: Unas partituras para piano y guitarra.

-María: ¿Cómo?

-Blas: Sí, mientras cantas vas a tocar el piano. Y si te da tiempo a aprendértela con la guitarra la vas a tocar con la guitarra.

-María: No Blas, por favor... Que me voy a poner súper nerviosa y la voy a cagar delante de todos...

-Blas: Que no, tú confía en mí y en Álvaro que te va a enseñar bien... -dijo apartando la mirada. Noté como se ponía celoso cuando lo nombraba.

-María: No, Álvaro ya no me da las clases. Le he pedido a Dani que me las de él -Blas se giró y se quedo mirándome. Noté como por dentro se alegraba de oír eso.

-Blas: No lo hagas por mí...

-María: Fue él. No quiere darme clases él porque lo rechacé...

-Blas: Dale tiempo... Bueno pues entonces luego hablaré con Dani para que te enseñe a tocar la canción. Mientras nosotros vamos a ensayar con el piano. ¿Te parece bien?

-María: Me parece genial.

Blas y yo estuvimos el resto de la mañana ensayando la canción, con el piano. de vez en cuando descansábamos y Blas no hacía nada más que picarme. Me encantaba estar así con él. No me cansaba de ver su sonrisa.

Hubo un momento en el que estábamos los dos enfrente el uno del otro. Blas me miraba serio y yo no podía evitar reírme, me hacia gracia verlo así de serio. De repente canto una frase...

-Blas: No imaginabas que te comía la sonrisa a besos... -dijo mientras se acercaba a mí. Yo me empecé a reír con mi risa tonta cuando me ponía nerviosa. Cuando Blas se acercaba a mí todo mi cuerpo temblaba y me ponía muy nerviosa. Todavía no me había acostumbrado a tenerlo cerca.

-María: No, no me lo imagino... ¿me haces un croquis? -dije riéndome.

-Blas: Menuda romperollos jajjajajja -se apartó de mí y entonces yo me acerqué a él.

-María: Anda ven aquí tonto. -me senté encima de él y comencé a darle besos y él me los devolvía.

Estábamos los dos allí besándonos y hablando cuando oí unos ruidos me levanté corriendo de encima de Blas y de repente se abrió la puerta... era Rubén.

-Rubén: Ah, no sabía que estabais aquí.

-Blas: Claro... -oí como Blas decía por lo bajo. Yo me quedé mirando a Rubén sin quitarle ojo.- ¿Qué quieres? Estamos a mitad de una clase.

-Rubén: Venía a avisaros de que la comida ya ha empezado...

-María: ¿Ya? -miré el reloj y llevaba razón- Joder se me ha pasado la mañana volando.

-Blas: Bueno pues será mejor que lo dejemos por hoy...

Rubén salió de la sala y nos quedamos Blas y yo. Fui a salir yo también de la sala para ir al comedor y Blas me cogió de la mano y me giró hacia él.

-Blas: ¿Estás bien? Se te ha puesto mala cara.

-María: Hombre mucho gusto no me da... Se me pone la piel de gallina cada vez que me mira...

-Blas: Tranquila, estoy aquí. -dijo abrazándome y besándome.

-María: Venga vamos, que ya llegamos bastante tarde.

Los dos salimos de la sala y nos fuimos al comedor. Estaban ya todos sentados. Cuando abrimos la puerta todo el comedor se giraba y empezaban a cuchichear. Vi a Sara como me miraba con cara de asco y yo se la devolví. Blas y yo nos sentamos en la mesa con todos y nos pusimos a comer.

Terminamos de comer y nos fuimos a la actividad que estaba prevista para esa tarde. Tocaba bailar al Just Dance 2014. Los chicos elegían de su grupo un par de chicas para que bailaran en el escenario con ellos las canciones. Blas se quedó mirándome para elegirme, y yo le hice que no con la mano. Se acercó a mí.

-Blas: ¿Por qué no quieres subir?

-María: Me da vergüenza...

-Blas: Pues si es por eso ya estas subiendo, esto te sirve para perder la vergüenza... -le eché una mirada de odio.

-María: Te odio.

-Blas. Sabes que no es verdad -le saqué la lengua y me subí al escenario con los chicos y un par de chicas más.

Primero bailó el grupo de David con los chicos, luego el de Dani y después nos tocaba bailar a una chica y a mí una canción con los chicos. Pusimos el aleatorio y salió para bailar Troublemaker. La otra chica y yo nos pusimos en medio de los chicos. A nuestra izquierda estaban Dani y Carlos, y a la derecha David, Álvaro y Blas un poquito atrás.

Empezó la canción y la verdad que estaba siendo la más complicada hasta el momento. Había que hacer unos movimientos algo sexys con la cintura. Dani y David lo hacían bastante bien, en cambio Álvaro y Carlos no se les daba muy bien y Blas no estaba bailando... Menudo traidor. Entre risa y risa acabamos de bailar la canción, no podía parar de reírme de ver como bailaban los chicos. Le di el mando a uno de los monitores y antes de que empezara la siguiente canción me acerqué a Blas.

-María: Ya te vale...

-Blas: Prefería quedarme atrás y ver tu bonito culo -dijo guiñándome un ojo.

-María: Que te den -dije dándole en el brazo.

Terminaron de bailar el grupo de Álvaro y el de Carlos, cada uno sus respectivas canciones. Después de hacer el recuento de puntos eliminaron al grupo que menos puntos tenía.

La actividad ya había acabado y nos dejaron la tarde libre. Nos fuimos al lago para charlar de lo que había pasado estos días. Estábamos allí sentadas y vi a Carlos y a David juntos. Me levanté corriendo y fui hacia ellos. Eran justamente con las personas que quería hablar.

-María: ¡Holas chicos!

-David: ¡Hola enana! -los dos me dieron un abrazo.

-María: Con vosotros quería yo hablar...

-Carlos: Miedo me das jajjajaj -los dos rieron.

-María: Creo que tenéis que contarme algo. Sé que a los dos os gusta alguien...

-David: Puede...

-María: ¿Y ese puede a quién es debido?

-David: No lo tengo claro... En este momento me gustan las dos, Natalia y Tamara... pero hay una que me tira más... El tiempo dirá.

-María: ¿Y quién es la que te tira más? ¿Natalia? ¿Támara?

-David: Natalia...

-María: Oins que monos... -vi como Carlos se intentaba escaquear y lo cogí del brazo antes de que se fuera- ¿A donde crees que vas?

-Carlos: No ha ningún sitio...

-María: Tú a mi no me la cuelas... ¿Sheila o Vanesa...?

-Carlos: Cada una tiene su cosa... pero es que a Sheila la veo muy pequeña...

-María: ¡Vamos que te gusta Vanesa! Ya decía yo que por algo la querías hacer sombrerita jjajajaj -David se empezó a reír.

-David: Que bien guardado te lo tenías.

-Carlos: ¡Calla! ¿Y tú tienes algo que contarnos?

-María: No...

-David: ¿Algo con Blas? ¿Con Álvaro?

-María: Si seguro que Álvaro ya os ha contado lo que ha pasado...

-David: La verdad es que sí jajajjaaj.

-María: ¿Entonces para que preguntáis? jajjajaja. Seréis tontos... Pues eso es lo que hay...

-David: ¿Y con Blas nada?

-María: No nada... Estamos bien y eso, pero nada.

-David: Bueno, por lo menos estáis bien. Me alegro -dijo sonriéndome y dándome un beso.

-Carlos: Bueno enana, vamos que tenemos que preparar algunas cosas. En la cena nos vemos.

-María: Adiós chicos.

Me despedí de los chicos y volví con las chicas. Estuvimos un rato más hablando hasta la hora de la cena...

[Continuará...]

viernes, 16 de mayo de 2014

Capítulo 40.

Narra María:

 Se me pusieron los ojos algo llorosos al ver la reacción de Blas y me quede de pie detrás de la silla. Dani se dio cuenta y me cogió de la mano y me sentó en la silla. Se me quedó mirando el brazo y me lo cogió.

-Dani: María, ¿qué es esto? -noté como Álvaro se giraba y Blas también y se quedaban mirándome.

-María: No es nada... -dije quitando el brazo y tapándomelo para que no se me viera.

-Dani: ¿Qué no es nada? Pero si lo tienes morado, te falta poco para que se te ponga negro...

-María: Ha sido un golpe tonto... no le des más importancia.

-Álvaro: No somos tontos... Eso no ha sido un golpe tonto -esta vez fue Álvaro quien se quedo mirándome el brazo. Le quite el brazo a Álvaro y miré a Dani.

-María: Oye Dani, que te iba a decir... ¿puedes tú enseñarme a tocar la guitarra?

-Dani: Sí, claro... ¿ha pasado algo? -me dijo Dani susurrándome para que no lo oyera nadie.

-María: Álvaro ya no quiere darme clases él...

-Dani: ¿No habrá sido él el que...? -antes de que pudiera terminar le corté.

-María: ¡No! Jamás me haría nada... Por favor, deja el tema, solo ha sido un golpe...

-Dani: Bueno, si es lo que quieres dejo el tema. Ya sabes que me tienes aquí. -abracé a Dani y le di un beso en la mejilla.

-María: Gracias.

-Dani: Y ni se te ocurra llorar, que te he visto las intenciones jajajja.

-María: No, no lloro -dije forzando una sonrisa.

Cenamos todos, yo estaba algo incómoda. Solo hablaba con Dani, Álvaro y yo evitábamos hablarnos y mirarnos... Y Blas me observaba con una mirada extraña. Terminé de comer, me levanté y me fui al bungalow. Las chicas aún se quedaron un rato con los chicos hablando.

Me tumbé en mi cama y me puse la música, cerré los ojos y no podía dormir. Miré el reloj y habían pasado ya dos horas. Eran las doce. Las chicas aún no habían vuelto, supuse que estarían en el bungalow de las chicas.

Como no podía dormir decidí irme a dar un paseo. Me fui al lago que estaba fuera del campamento para estar tranquila y relajarme. Cuando llegué había alguien sentado en el tronco. Me puse detrás de un árbol y miré a ver quien era... era Blas, así que me acerqué sigilosamente. Me puse a sus espaldas y le tape los ojos.

-Blas: ¿Quién eres? -Blas me cogió las manos y empezó a acariciarlas. Le di un beso en la mejilla.- Ah eres tú.

Le destapé los ojos y me senté a su lado en el tronco.

-María: ¿Qué haces aquí?

-Blas: No podía dormir... ¿y tú?

-María: Igual... tampoco podía dormir.

Se quedó mirándome fijamente a los ojos, lo notaba raro.

-María: ¿Qué te pasa Blas?

-Blas: María... necesito contarte algo... pero antes, se sincera por favor.

-María: ¿Qué pasa?

-Blas: Hoy después de comer cuando Álvaro te ha acompañado al bungalow, después he ido yo a verte... y os he visto a los dos durmiendo juntos y abrazados, ¿ha pasado algo?

-María: No... no ha pasado nada.

-Blas: Joder, soy gilipollas... siempre hago lo mismo, pienso cosas que no son y siempre la cago...

-María: ¿La cagas?

-Blas: He besado a Sara... pero ha sido por la rabia, yo no quería hacerlo -Blas estaba a punto de llorar.

-María: ...

-Blas: Pero dime algo, por favor.

-María: Álvaro me ha besado...

-Blas: ¿Cómo? Ósea que yo sintiéndome mal por haber besado a Sara y tu por ahí besándote con Álvaro...

-María: Blas relaja... Las dos cosas son muy diferentes... Tú has besado, a mí me han besado.

-Blas: ¿Y qué mas da? Sigue siendo un beso...

-María: Seguirá siendo un beso pero yo no quería que me besaran, mientras tú has dado el beso por algo... -notaba como se me iban inundando los ojos de lágrimas. Deje de mirar a Blas, no quería que me viera llorar.

-Blas: Yo no quería darle ese beso... Fue al verte con Álvaro, algo dentro de mí me impulso a hacerlo. Soy un puto celoso, y por los celos te voy a volver a perder.

-María: No me vas a perder... -dije mirándolo.

-Blas: Por favor, no llores. Lo siento... -dijo limpiándome las lágrimas.

-María: Estoy cansada de que siempre nos tengamos que pedir perdón... ¿No podemos dejar al resto de la gente atrás y ser nosotros solo tu y yo? -dije cogiéndole la mano que la tenía en mi mejilla.

-Blas: Seremos solo tu y yo.

Blas empezó a besarme, pero esta vez fue con pasión y fuego. Notaba como se arrepentía de lo que había hecho... No quería que acabara ese beso nunca. Me levanté del tronco sin dejar de besarlo y me senté encima de él. Blas puso sus manos en mi cintura y yo mis manos en su cuello.

Mientras me besaba me acariciaba la espalda y los muslos. Al principio tenía algo de frío pero poco a poco notaba como mi cuerpo y su cuerpo iban cogiendo temperatura...

Narra Blas:

Besaba a María con pasión, quería que fuera mía. Se levantó y se sentó encima de mí. Puse mis manos en su cintura y acariciaba su espalda y sus muslos. Notaba que ella estaba bastante cachonda y yo lo estaba también. Me levanté del tronco cogiéndola a ella y la llevé a una piedra que me llegaba por la cintura. La apoyé allí y la seguí besando. Metí mis manos por dentro de su camiseta y la seguí acariciando.

Empecé a besarla por el cuello y oía como soltaba pequeños gemidos, se notaba que ese era su punto débil y yo me empecé a reírme en su cuello, su piel se puso de gallina.
Noté como ella empezaba a soplarme y a chuparme la oreja... En ese momento el que casi estaba gimiendo era yo, ese era una de mis puntos débiles. Me aparté y me quedé mirándola, ella se estaba riendo.

-Blas: Eres mala... pero aún así estás preciosa.

Me volví a acercar y seguí besándola. María me quitó la camiseta y también se la quitó ella. Me di cuenta de lo que iba a suceder y no quería que primera vez con ella fuera así, quería que mi primera vez con ella fuera especial...

-Blas: María... para... -dije separándome.

-María: ¿Qué pasa? -dijo ella preocupada.

-Blas: No quiero que mi primera vez contigo sea así... Deja que me ocupe yo de ello, ¿vale?

-María: Vale...

Le di su camiseta del pijama y le ayudé a ponérsela, luego me puse yo la mía. Nos quedamos un rato más allí y la acompañé a su bungalow, no me gustaba la idea de pensar que fuera sola y que el monitor idiota ese vuelva a tocarla otra vez. Antes de despedirme de ella quise preguntarle por el brazo...

[Continuará...]