jueves, 3 de julio de 2014

Capítulo 47.

Narra María:

Magí estaba allí subido al escenario delante del micro con el papel en el que ponía quien había ganado, pero no decía palabra. Miraba el papel y después nos miraba a ambas, a Laura y a mí, pero no decía nada. Entonces suspiró.

-Magí: Bueno pues la ganadora es... -hizo una pausa- Lo siento... María... -cuando dijo María todos se me quedaron mirando sin poder creérselo- ¡María eres la ganadora! -cuando volvió a decir eso le eché una mirada asesina a Magí que estaba riéndose él solo. Los chicos me abrazaron y las chicas vinieron también para abrazarme- Bueno, y ahora te toca subir aquí y volver a cantar... pero quiero que cantes la canción que cantaste en las audiciones, me ha dicho un pajarito, o bueno varios... que lo hiciste realmente bien.

Me subí al escenario y me volví a sentar en el taburete del piano, me giré hacia a los chicos y les dije “os mato”, los cinco se echaron a reír, supuse que me habían leído los labios. Toqué la canción de las audiciones “Wings”.

La mitad de las chicas del campamento estaban llorando, era una canción que transmitía mucho.

Volví a bajar del escenario y fui con todos, allí estaban las chicas, los chicos y Magí. Magí se me quedó mirando fijamente.

-Magí: ¿Podrías venir un momento conmigo María? Tenemos que hablar...

-María: Sí, por supuesto.

Magí y yo nos fuimos a su despacho. Me ofreció algo que no podía rechazar... y que además me ayudaba a tomar una decisión sobre mi futuro. Una decisión muy importante...


[...]

Se hizo la hora de la comida. Llamé a las chicas para ver donde estaban y estaban ya todos en el comedor sentados en la mesa principal y como siempre me habían dejado una silla entre Blas y Álvaro. Me senté sin decir casi nada, simplemente un hola, y me puse a tontear con los cubiertos mientras pensaba que decisión tomar.

-Blas: Eh, ¿qué te pasa?

-María: Nada... -miré a Blas pero rápidamente aparté la mirada. Mirarlo me dificultaba tomar una decisión...

-Blas: ¿Qué es lo que te ha dicho Magí para que estés así? ¿No te habrá dicho nada de que no estés con...? -no le dejé terminar.

-María: No, no es eso... No puedo contártelo. Primero tengo que decidir algunas cosas -Blas me miró fijamente a los ojos.

-Blas: Lo entiendo. Y tomes la decisión que tomes estoy aquí, recuérdalo -cuando dijo eso mi corazón se encogió. Simplemente afirmé con la cabeza sin decir palabra, si lo hacía explotaría a llorar.

[...]

Terminamos de comer y cada uno se fue a su respectiva actividad. La tarde se pasó realmente rápida. Llegó la hora de la cena, como siempre cenamos con los chicos y después cada uno se fue a su habitación. Antes de levantarme de la mesa, noté como Blas me daba la mano y me daba una tarjetita de papel.

-Blas: Léela en el bungalow -me susurró.

Nos despedimos de los chicos y nos fuimos a los bungalows. Entré al baño para poder leer la tarjetita tranquilamente y sin que las chicas la vieran. Era una tarjetita roja con algún que otro corazón, en ella ponía:

“Te espero a las 12 en punto en la puerta de tu bungalow.

P.D: Que las chicas no te vean.

                                                                                 -Blas.”


Cuando la leí se me rieron todos los huesos. Salí del baño y guardé la tarjetita en mi maleta antes de que las chicas la vieran. Me tumbé en la cama y me metí en la conversación de las chicas, que estaban hablando en ir al bungalow con las demás para pasar nuestra última noche juntas. Lo malo es que tenía que inventarme algo para no ir, por mucho que me doliera...

-María: Ir vosotras... me encuentro algo mal. Me pondré el pijama y me iré a dormir.

-Natalia: ¿Estás segura?

-María: Sí, tranquilas. Ir y pasároslo bien por mí -forcé una sonrisa y les di un beso a cada una. Me dolía tener que mentirles.

-Sheila: Bueno, si necesitas algo estamos en el bungalow de al lado, ya lo sabes.

Las dos se pusieron los pijamas, cogieron sus móviles y se fueron al bungalow con las demás chicas. Cuando vi por la ventana que ya habían entrado, esperé un par de minutos. Cuando vi que no volvía a salir nadie entré al baño para arreglarme. Había preparado la ropa, no iba a ir en pijama, y me estaba maquillando un poquito.

Me iba a poner esto:

Eran las doce menos cinco y salí al porche del bungalow, no quería hacer esperar a Blas, pero cuando salí él ya estaba allí. Me cogió de la cintura y me empezó a dar besos por el cuello.

-Blas: Estás preciosa.

-María: Gracias, pero tú tampoco te quedas corto -me giré y le di un beso en los labios.

-Blas: Te tengo una sorpresa preparada, pero tienes que cerrar los ojos -yo asentí con la cabeza y Blas me puso un pañuelo para taparme los ojos.

-María: Como me caiga pesará sobre tu conciencia.

-Blas: No te vas a caer -y en ese momento Blas me cogió en brazos.

Noté como cruzábamos el campamento.

[...]

Blas se paró y me bajo.

-Blas: Espera un segundo -oí como se habría una puerta.

-María: ¿Dónde estamos?

-Blas: Ya lo verás -me pasó dentro de una habitación y me destapó los ojos.

Era un pequeña cabaña, con una chimenea, había una alfombra de pelo enfrente y cojines, también había champán y fresas con chocolate, me encantaban las fresas con chocolate. Me quedé mirando la chimenea... Me sonaba de algo... Y volví a mirar a Blas.

-Blas: Si no estás a gusto aquí lo entiendo. Podemos ir a otro sitio -cuando Blas dijo eso me di cuenta que era la cabaña donde me ató Rubén... pero no parecía la misma. Blas había trabajado mucho.

-María: No, no puedo estar mejor. Nos quedamos -me acerqué a él y le besé- ¿Cómo sabías que me gustaban las fresas con chocolate?

-Blas: Creo que a ti te gusta todo lo que lleva chocolate jajjajajaja.

-María: Como me conoces jajajjaja -en ese momento me volvió a coger en brazos y me sentó en la alfombra con todos los cojines.

Blas se sentó enfrente y sirvió el champán en dos copas que había. Yo mientras me comí alguna que otra fresa.

[...]

No podía estar más a gusto allí, quería congelar ese momento y vivir toda mi vida en él. Era perfecto.

Blas se acercó y cogió una fresa. Me la puso en la boca para que me la comiera, pero antes de poder morderle la apartó y se la puso en la boca. Se acercó a mi boca con la fresa en la boca para que yo le mordiera. Le mordí y nos pusimos a besarnos.
Ese instante me parecía tan bonito que me olvidé de todo, mis propósitos, mis miedos, mis decisiones... Poco a poco ambos nos vamos fuimos quitando la ropa el uno al otro. Por primera vez me encuentraba completamente desnuda entre los brazos de Blas, mientras una luz mágica procedente del fuego de la chimenea iluminaba tímidamente nuestros cuerpos.

Blas se colocó con delicadeza sobre mí. Abrí los ojos y Blas me miró. No estaba asustada, le sonreí.

-Blas: ¿Estás segura de querer hacerlo?

-María: No puedo estar más segura... Quiero que seas el primero...

-Blas: Y el último.

Blas me pasó una de sus manos por el pelo en señal tranquilizadora. En ese momento, de la pequeña radio que había junto a nosotros, sonaba por toda la cabaña, sonaba Planet earth de Barrie Gledden. No sabíamos ninguno de los dos que a partir de entonces esta sería “nuestra canción”. Cerré los ojos conteniendo la respiración, cuando de repente Blas se introdujo dentro de mí, aquel dolor amoroso, aquel mágico hacerme suya para siempre. Alcé la cabeza hacia arriba, suspirando, agarrando con fuerza sus hombros, acercándolo más a mí.

Narra Blas:

Allí estábamos los dos fundidos en uno. María se fue dejando llevar delicadamente. Era mía en ese momento. Abrió los ojos. Estaba dentro de ella. No podía evitar sonreír en ese momento. De cuando en cuando la besaba. Iba acariciando su perfecto cuerpo y su pelo. Estreché su mano con la mía, en ese momento moví mi cintura con fuerza. María gimió pero ahogué sus gemidos con besos. Entraba en ella con delicadeza. No quería hacerle daño. Era perfecta y no quería perderla nunca...

Narra María:

Yo ya no estaba allí. En ese momento estaba en el cielo. Aquella muchacha de la infinidad de dudas, de los mil miedos ha desaparecido. En ese momento pienso en lo fascinante que me parecía cuando era pequeña la historia de las mariposas. Aquel capullo, aquella pequeña oruga que se tiñe de mil colores y que, sin previo aviso, aprende a volar. Se vuelve a ver de nuevo. Fresca, delicada mariposa recién nacida, entre los brazos de Blas. Le sonrió y lo abrazo mirándolo a los ojos. Luego le doy un beso, tierno, nuevo, apasionado. Mi primer beso de mujer.

[...]

Más tarde, tumbados entre los cojines y las sábanas, Blas me acaricia el pelo, mientras yo lo abrazo con la cabeza apoyada contra su pecho.

-María: No soy muy buena, ¿verdad?

-Blas: Eres buenísima -me dijo Blas, pero yo no me lo creí.

-María: No, me siento algo torpe...

-Blas: Eres perfecta. Ven.

Blas me abrazó fuerte. Y así nos quedamos durante toda la noche. Abrazados el uno al otro. Fundidos en uno solo.

[Al día siguiente...]

Abrí los ojos y Blas seguía todavía dormido. Sin que se despertara me levanté silenciosamente. Cogí mi ropa y me vestí, dejándole una carta a Blas. Salí de la cabaña y me dirigí apresurada a mi bungalow, no podía verme nadie.

Cuando entré al bungalow las chicas no estaban, miré la hora de mi reloj y eran todavía las siete. Estarían todas durmiendo aún.

Entré al baño a recoger todas mis cosas, mi neceser, etc. Metí todas mis cosas en la maleta y la deje preparada en el porche. Cogí mi bolso y la guitarra de Álvaro y fui al bungalow de las chicas. Al igual que con Blas, no podía despedirme de ellas, si lo hacía no podría hacer lo que iba a hacer. Les había escrito una carta también a cada una de ellas, las metí por debajo de la puerta. Volví al porche del bungalow y cogí la maleta. Ahora tocaba el momento de los chicos, esperaba que no estuvieran despiertos.

Llegué a su bungalow y estaban todos durmiendo también. Dejé la guitarra en el banco del porche y al igual que con las chicas metí sus cartas por debajo de la puerta, pero en cuanto metí la última carta la puerta se abrió de golpe. Era Álvaro.

-Álvaro: ¿Qué estás haciendo?

-María: Nada -dije dando media vuelta y cogiendo la maleta. Álvaro se agachó y cogió las cartas.

-Álvaro: ¿Esto es nada? No parece nada... Ven aquí y me lo cuentas -Álvaro me cogió del brazo y me sentó en el banco.

-María: No me gustan las despedidas, así que os he escrito una carta a cada uno...

-Álvaro: ¿Te vas ya a Albacete?

-María: Bueno... No exactamente a Albacete...

-Álvaro: ¿Cómo?

-María: Me voy a estudiar fuera, al extranjero. Me han concedido una beca para estudiar y bueno... no podía desaprovecharla.

-Álvaro: Me alegro muchísimo por ti -dijo dándome un abrazo- ¿Y dónde te vas?

-María: No quiero decíroslo... por Blas... creo que es lo mejor...

-Álvaro: ¿No lo sabe?

-María: No, no sabe nada. Solo lo sabe mi familia, Magí y bueno... tú ahora mismo... -dije sonriendo.

-Álvaro: Entonces si te pido tu número tampoco me lo vas a dar... -negué con la cabeza.

-María: Te he dejado ahí tu guitarra...

-Álvaro: Pues no la dejes ahí -dijo cogiendo la guitarra y dándomela- Quiero que la tengas tú estés donde estés -deje la guitarra en el suelo y abracé a Álvaro.

-María: Álvaro tengo que irme, si me quedo cinco segundos más aquí no voy a poder irme -dije sin soltarlo.

-Álvaro: Vale... -dijo soltándome.Me miro fijamente a los ojos y me dio un beso en la frente- Te ayudo con la maleta.

Álvaro me acompaño al taxi el cuál me llevaría al aeropuerto. Álvaro y yo nos volvimos a abrazar y yo me metí al taxi...

Narra  Blas:

Me desperté y estaba sólo en la cabaña. Me froté los ojos y miré para ver donde estaba María, pero no estaba. Entonces vi la carta allí a mí lado.

Me senté y me puse a leer la carta.

“Te escribo esta carta para despedirme de ti. Siento que sea así pero sé que no tengo el valor de despedirme de ti cara a cara. Sé que si lo hago no seré capaz de irme. Sí, me voy. Me han concedido una beca para estudiar en el extranjero.
Sé que te lo debía haber dicho en persona, pero no era capaz. Solo en pensarlo se me rompía el corazón.
Espero que lo entiendas... Es mejor que sea ahora... No se me da muy bien esto de despedirme por carta... Solo quería decirte que siempre ocuparas un lugar en mi corazón, que nunca te irás de él. Nunca me arrepentiré de este mes junto a ti.
Si el destino quiere que estemos juntos, nos volveremos a ver.

P.D: Te quiero              
                                               -María”


Se había ido... y no sabría cuando volvería a verla...

[Continuará...]

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Bueno, espero que os haya gustado la primera temporada porque este es el último capítulo. Quería agradeceros todo el apoyo recibido estos meses porque os puedo asegurar que sin él no hubiera continuado escribiendo. Muchísimas gracias de corazón!

PD: La segunda temporada no sé cuando podré subirla, tengo que empezar a escribirla aún. Ya os iré avisando jajajjaja. Besitos :)

6 comentarios:

  1. Mariaaaaa!!!! Como haa hecho esto mala persona!! Vale ya se me ha pasado ;) me encanta la novela pero me has dejado con una cara... yo k pensaba k ya serian felices y comerian perdices y pasa esto aun asi me ha encantado el capitulo espero el próximo y la siguiente temporada si hay k seguro k es fantástica un besito :)

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  2. separados ??!!!! no se pueden separar !! pobrecitos joo :'( no sr tiene que ir :( pero Alvaro se a portado de una manera muy ququi *-*

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  3. me e leido esta novela en 1 dia enserio eres una gran escritora , avisame por twitter de cuando subes nuevos capitulos por fa twitter: @Carol_Peque_10 besitossss

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  4. Hola! Soy una nueva lectora, me he leido la novela entera en un par de dias y la verdad es que me encanta! Ademas escribes genial :) Me gustaria que me avisaras cuando subas la segunda temporada. Mi twitter es @carla_dreamer besos!

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  5. O.O Me ha encantado muchisimo la primera temporada. Espero que puedas subir la segunda temporada! Besitos de esta Auryner valenciana!! :D

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  6. Cuándo vas a subir el próximo capitulo?

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