martes, 3 de junio de 2014

Capítulo 43.

Narra María:

Fui abriendo los ojos poco a poco, me dolía bastante la cabeza... quise tocarme la cabeza pero no podía... Veía algo borroso, pero noté como estaba atada... Miré a mi alrededor. Estaba en una especie de cabaña de madera. Entonces recordé todo lo que había pasado. Yo estaba en el lago sentada en el tronco enfrente de la cabaña de madera y entonces llegó él... llegó Rubén y me golpeó. Desde el golpe no recuerdo nada.

El ruido de la puerta de madera interrumpió mis pensamientos.

-Rubén: ¿Ya te has despertado dormilona?

-María: ¡Suéltame gilipollas!

-Rubén: Ey, tranquilita... -dijo mientras se acercaba a mi y se ponía de rodillas a mi lado- No te molestes en gritar, nadie te puede oír -dijo mientras acariciaba mi mejilla.

-María: ¡Ni me toques! -dije mientras apartaba la cara de su mano.

-Rubén: Relájate un poquito o sino esta noche se te va a hacer muy larga cariño -dijo mientras me cogía la cara y me giraba para que lo mirara.

-María: ¡Te he dicho que no me toques! -le dije mientras le escupía en la cara.

-Rubén: ¡Hija de puta! Te juro que me las vas a pagar todas esta noche -dijo mientras se levantaba.

-María: ¡Ayuda! ¡Ayuda por favooorr! ¡Ayuda! -comencé a gritar mientras lloraba.

-Rubén: No gastes tus gritos. Esta noche vas a ser sólo mía... -comenzó a darme besos por el cuello, mientras iba tocando todo mi cuerpo. Fue levantando mi camiseta del pijama mientras lamía y besaba mi barriga.

-María: ¡Por favor suéltame! ¡Rubén, por favor...! -dije mientras no paraba de llorar.

-Rubén: No llores preciosa... -comenzó a besarme la boca y yo aparté la cara. Siguió tocando todo mi cuerpo. Me quitó la camiseta del pijama.- Pero que tenemos aquí... comencemos a jugar un poquito... -comenzó a chupar mis pechos. Intentaba soltarme pero era imposible... Fue bajando poco a poco hasta llegar a mis pantalones y fue quitándomelos poco a poco y comenzó a lamer mis ingles y mis muslos.

-María: ¡Suéltame cabrón! ¡Ayuda por favooor! ¡Ayudaaa! -gritaba con todos mis ganas, pero al parecer nadie me escuchaba. Estaba totalmente perdida.

Narra Blas:

Llegué al lago que estaba fuera del campamento me faltaba hasta la respiración. Observé todos los alrededores del lago, pero no había nadie... Me senté en el tronco y me eché las manos a la cabeza. Entonces oí unos gritos.


X: ¡Suéltame cabrón! ¡Ayuda por favooor! ¡Ayudaaa!

¡Era la voz de María! Me levanté corriendo pero no había nadie alrededor. Entonces caí en la cabaña de madera... Fui corriendo hacia la cabaña. Me acerqué intentando no hacer ruido y miré por la ventana y entonces la vi... Allí la tenía atada de pies y manos mientras él la baboseaba... La tenía prácticamente desnuda. En ese momento una rabia y un cabreo se apodero de mi. Fui directo a la puerta, estaba atrancada por dentro, pero en ese momento no fue ningún impedimento para que yo pasara a la cabaña. Cogí carrerilla y tiré la puerta abajo.

-Rubén: ¡Hombre el que faltaba! -dijo mientras dejaba a María en paz. María estaba allí tirada en el suelo llorando... No podía verla así.- Ahora sigo contigo cariño, voy a enseñarle un par de cosas a tu querido novio... -dijo mientras acariciaba su cuerpo y su cara.

-María: ¡Déjalo cabrón! -gritaba mientras lloraba.

-Blas: ¡Gilipollas me las vas a pagar! -fui directo a él y lo embestí contra la pared. Empecé a golpearle sin piedad. Quería verlo sufrir.

-María: ¡Blas para! ¡Para lo vas a matar!

Me giré para mirarla y entonces él me la devolvió comenzó a golpearme. Antes de que el tomara el control le pegué un puñetazo en la mandíbula con toda mi rabia. Rubén cayó al suelo y su cabeza golpeó con el suelo.

María y yo nos miramos.

-María: Lo has matado... -miré a ver si todavía tenía pulso y todavía lo tenía...

-Blas: Me da igual... ¿Tú sabes lo que te iba a hacer el hijo de puta ese? -comencé a desatarla.

María no podía para de llorar. Cada vez lloraba más y más. La cogí en brazos y le puse por encima la sudadera que llevaba yo puesta. El gilipollas de Rubén había roto completamente su pijama al quitárselo.

Salí de la cabaña con ella en brazos y ella continuaba llorando. Estaba abrazada a mí con todas sus fuerzas.

-Blas: María, tranquila... Estoy aquí, no te va a pasar nada malo. Te prometí que no te iba a pasar nada malo y así ha sido... Ahora descansa pequeña.- Le di un beso y poco a poco se fue tranquilizando.

Salí del lago y volví al campamento. Iba a llevarla a su bungalow pero si la llevaba allí las chicas se iban a preocupar al verla así y no era cuestión de preocuparlas, así que decidí llevarla a nuestro bungalow.

Abrí como pude la puerta del bungalow. Los chicos seguían todavía despiertos y estaban bastante preocupados. Cuando me vieron entrar así y con María en brazos medio desnuda todos se sobresaltaron.

-Dani: ¿Qué coño ha pasado?

-Blas: No grites, parece que se ha quedado durmiendo...

-Álvaro: Trae déjamela, voy a tumbarla en la cama... -Álvaro cogió a María en brazos y la tumbo en la cama echándole una sábana por encima para taparla un poco.

-David: Blas, ¿que narices ha pasado? -dijo susurrando.

Le conté todo lo que había pasado a los chicos... Noté como poco a poco se iban cabreando. Sobretodo Álvaro. Tenía las venas del cuello bastante hinchadas...

-Álvaro: ¿Dónde coño está el tío ese? Le parto la cara, es que se la parto...

-Blas: Ya le he dado yo su merecido.

-Carlos: ¿Pero dónde está?

-Blas: Se ha quedado allí insconciente...

-David: Hay que avisar a Magí de lo que ha pasado.

-Blas: ¿Podéis ir vosotros? No quiero separarme ahora de ella...

-Dani: Sí tranquilo, vamos nosotros.

-Álvaro: Id vosotros, yo me quedo aquí con Blas por si acaso.

-Dani: Ahora volvemos.

Álvaro se quedo allí conmigo en el bungalow. Se le notaba en la forma en que miraba a María que todavía sentía cosas por ella. Se sentó en una silla al lado de su cama y se echó las manos a la cabeza.

-Álvaro: Ha sido mi culpa... -oí como susurraba.

-Blas: Álvaro no ha sido tu culpa...

-Álvaro: Sí, sí que ha sido mi culpa. Si yo no me hubiera apartado de ella la hubiera podido proteger... Y yo no he estado ahí para protegerla...

-Blas: Álvaro sabes que eso no es verdad... No ha sido culpa tuya...

-Álvaro: Es que mato a hijo de puta ese, es que lo mato... -dijo mientras s ele caía alguna que otra lágrima.

Me acerqué a él y lo abracé. Lo tranquilicé y lo volví a sentar en la silla...

-María: Blas... Álvaro... -oímos una voz que apenas podía hablar.

-Blas: Ey pequeña... -me acerqué hasta la cama. Cuando la miré yo tampoco pude evitar que se me cayeran alguna que otra lágrima.

-María: ¿Estás bien? -dijo tocándome el labio. Cuando me tocó entonces noté que el labio me escocía. Al parecer llevaba el labio partido.

-Blas: Tranquila... Aquí el que debe preguntar si estas bien somos nosotros... ¿estás bien?

-María: Sí... me duele un poco la cabeza.- María se echó la mano en la cabeza. Llevaba un par de golpes en los brazos, las rozaduras de las cuerdas en sus muñecas y en sus tobillos y también tenía el labio partido...

-Blas: Ahora descansa un poco... -le di un beso en la frente y me levanté de la cama.- Voy a tomar un poco el aire. Estoy fuera por si necesitas algo...

Salí del bungalow y se quedo Álvaro con ella dentro del bungalow.

[Continuará...]

1 comentario:

  1. O.O Capitulazo chicqui, capitulazo ¡¡ que suerte que Blas estuviese por allí tendría que haber seguido dándole aunque estuviese inconsciente y Alvaro y María solos en la cabaña ...... algo va a pasar ahí

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